Lic. Javier Lozano Alarcón: Gracias,
Germán. Muy buenos días tengan todos ustedes y por
segundo día consecutivo veo muchas caras conocidas en temas
comunes.
Bien, decía hace un momento el licenciado Maninat, que,
efectivamente, ayer hablábamos de la esta corresponsabilidad
e inclusión que debe de haber para las mujeres en el mercado
laboral a partir de su responsabilidad, también primaria,
esencial, al frente de la familia, del hogar y cómo es
que debemos de desplegar todo tipo de capacidades, potenciales,
marcos jurídicos, en fin, políticas públicas
para que eso sea una realidad y eso lo hicimos con el Programa
Para las Naciones Unidas Para el Desarrollo y la OIT, se presentó
un Informe muy completo, muy basto, como vieron ustedes ayer y,
pues, nosotros nos hemos comprometido como país para ir
adelante en esa misma agenda, incluido el estudio serio de las
consultas para poder suscribir a la brevedad y ratificar el Convenio
156.
Pero hoy lo que estamos viendo es otro de estos grandes aspectos
que se incorporan al concepto de trabajo decente. Es decir, lo
que está hoy nuevamente en la agenda, en al agenda como
país, pero gracias, yo diría, sólo con esta
cooperación internacional que recibimos del Departamento
del Trabajo de los Estados Unidos, la UNICEF, de la Organización
Internacional del Trabajo, gracias a esta cooperación y,
desde luego, a la participación de los gobiernos locales,
es que podemos volver a poner en el centro de nuestras agendas
un tema absolutamente sensible como aquí se ha destacado
y como voy a referir a continuación.
Saludo con mucho respeto y nuevamente con todo el afecto que
sabe que le guardo a Jean Maninat, Director Regional de la Organización
Internacional del Trabajo y además le vuelvo a agradecer
los comentarios sobre el trabajo que estamos haciendo en esta
dependencia, en este gobierno.
también me da mucho gusto saludar a Susana Sottoli, la
representante de UNICEF en México y, nuevamente, agradecerle
como siempre lo hemos hecho, ese trabajo tan empeñoso,
tan serio, tan profesional, tan cercano que ha tenido para con
nuestro gobierno; a Molis Runion, que es la agregada laboral de
la Embajada de los Estados Unidos y que sea ella el conducto para
manifestarle nuestra gratitud y nuestro respeto al señor
Embajador y al gobierno de su país por esta cercanía,
pero sobre todo, por esta aportación económica que
ha dado para que el PECS sea una realidad en México.
A Guillermo Lema, agradecerle la presentación de lo que
será esta tercera etapa del Programa, reconocerle por su
trayectoria tan amplia en esta materia, tenemos a uno de los especialistas
en trabajo infantil más importantes del mundo y eso debe
ser algo que nos de la confianza suficiente de que estamos en
buenas manos para poder conducir y poder evaluar los resultados
del Programa.
También y, desde luego, le agradezco mucho a Germán
López, pues el que esté articulando todos estos
proyectos y que pueda conducir la reunión de este día.
También me da mucho gusto saludar a Hilda Anderson y Jorge
del Regíl, nuestros sendos representantes del sector obrero
y patronal en el Consejo de Administración de la OIT.
Que yo les puedo decir ya después de tres años
que tenemos de asistir a estas reuniones en Ginebra, que México
tiene a dos de los mejores representantes que puede haber en ese
Consejo de Administración.
La trayectoria, la seriedad, el profesionalismo, la pulcritud
del desempeño de Hilda Anderson es reconocido, ya lo hizo
usted nada más entre nosotros. Allá, me consta,
el cariño y el respeto que todo mundo le tiene y muy bien
ganado, muy merecido, Hilda; y Jorge del Regíl que es uno
de nuestros principales especialistas no solamente en Derecho
Laboral, en Derecho Internacional, en las relaciones internacionales,
en el contexto de la Organización Internacional del Trabajo
y que, pues, la verdad que muy dignamente representa al sector
empresarial ante ese Consejo.
También saludo a la Secretaria del Trabajo de Chiapas,
Esther Almazán, que hoy nos acompañan; en fin, a
todos ustedes representantes de gobierno, de la sociedad civil
y de los medios de comunicación.
Hace un momento se hablaba y voy quizás a repetir algunas
consideraciones, pero no está demás para precisamente
poner el acento en lo que nos importa.
Este Programa Internacional para la Erradicación Infantil
es creado por la Organización Internacional del Trabajo
en 1992. Desde entonces vean ya cuántos años han
pasado, precisamente, haciendo conciencia sobre la necesidad de
beneficiar a los niños que, por un lado, están insertos
en la economía o en las economías de nuestros respectivos
países, pero en realidad lo que se pretende es promover
su remoción de ese trabajo para llevarlos de vuelta a las
escuelas.
Es decir, se trata no solamente de erradicar lo malo, sino promover
lo bueno, y me parece que no debemos perder de vista que tiene
este doble propósito.
Hoy que México ratifica en el año 2000 el Convenio
182, que es el que propicia, promueve o busca erradicar las peores
formas de explotación infantil, sino una cosa es el trabajo
infantil y otra cosa es la explotación o las peores formas
de explotación del trabajo infantil.
En un caso podemos regularlo, cuidarlo, orientarlo, armonizarlo
con la educación en la familia, en las escuelas, en fin.
Y, en el otro caso, no hay más que erradicarlo y castigar
a quienes hacen un abuso explícito, intencional, perverso
de la indefensión y la necesidad de los niños a
través de las peores formas de explotación.
Desde entonces, desde el año 2000, México solicitó
a este Programa para la Erradicación del Trabajo Infantil,
apoyos para que pudiéramos nosotros implantar en nuestro
propio estado, en nuestra propia nación, si quieren ustedes
de una manera incipiente, piloto, pero finalmente poniendo en
práctica lo que estábamos asumiendo como un compromiso
a partir de estos compromisos internacionales.
Desde entonces recibimos el apoyo en dos etapas subsecuentes
del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos, un apoyo de
cerca de dos millones 900 mil dólares, en dos distintas
etapas, para dos distintos propósitos. En una primera etapa
nos concentramos en las ciudades de Tijuana, Guadalajara y Acapulco;
en una segunda fue más amplio, pero todo esto bien orientado
hacia lo que estamos buscando con este Programa.
Nuevamente le quiero agradecer al Departamento del Trabajo de
los Estados Unidos porque, insisto, esto es más una cooperación,
es más que información, es más que presencia,
es más que salir en la foto. Esto es un apoyo contante,
sonante.
El dinero cuando sirve para un proyecto debidamente etiquetado
y que afortunadamente para guardar la transparencia y la debida
aplicación de esos recursos es que tenemos el acompañamiento
de UNICEF, de la OIT, de los gobiernos locales, en fin, para que
todos nos cercioremos de que ese dinero está utilizado
en lo que necesitamos.
Hace un momento se comentaba, esta tercera etapa incluye una
aportación de cuatro millones y medio, cuatro millones
750 mil dólares. Para poder beneficiar a seis mil 500 niños
que estén trabajando o en peligro de ser utilizados como
mano de obra, en Chiapas, Michoacán, Veracruz y Sinaloa.
Esto resulta muy relevante por lo que va a ser la continuación
de lo que se ha considerado una lucha frontal contra ésta
que es una práctica internacional, como ya lo dijo Jean
Maninat, hace un momento, que a todos nos tiene que comprometer.
Pero hay algo más, cuando precisamente o como parte de
esta conciencia que como país y como gobierno hemos adoptado
de la importancia de erradicar el trabajo infantil, desde 2007
por primera vez en la historia tenemos junto con la encuesta o
las encuestas que levanta el INEGI, un módulo de trabajo
infantil. Es decir, algo muy focalizado para tratar de detectar
e identificar a los niños que estén trabajando entre
los cinco años y los 17 años de edad en nuestro
país en distintas actividades.
Lo más importante primero, para poder resolver un problema
es tener el diagnóstico, para tener el diagnóstico
hay que hacer levantamientos y ya que los tengamos hay que hacerlos
públicos, porque lo peor que nos puede pasar es volver
a caer en terrenos de la opacidad y esconderle la información
a la gente para no reconocer que tenemos un problema y que, entonces,
necesitamos recursos y colaboración para poder resolver
ese problema.
De ese módulo de trabajo infantil es, se levantó
en el 2007, que dimos a conocer recientemente, fue a finales del
2008 cuando dimos a conocer un cómo estamos.
Fíjense, la población entre los cinco y los 17
años de edad en México es cercana a los 30 millones
de personas, cinco a 17 años; o sea, casi una tercera parte.
Y prácticamente igual entre hombres y mujeres.
La población infantil que trabaja, de todo ese universo
de casi 30 millones los que trabajan son tres millones 600 mil
niños. De ellos, el 30 por ciento están completamente
fuera de la ley, ¿por qué? Porque son niños
que tienen entre cinco y 13 años de edad y la edad mínima
para trabajar en México es los 14 años de edad.
Luego entonces, más de un millón de niños
que no deberían estar trabajando porque la ley lo impide
o lo prohíbe; no lo impide, ojalá lo impidiera,
lo prohíbe, más de un millón están
trabajando en nuestro país.
Y por el sector de actividad, y aquí es donde viene la
relevancia de concentrarnos en mucho en el trabajo, del trabajo
en el campo, es que el 30 por ciento de todos ellos trabajan justamente
en el sector agropecuario en actividades primarias; es la tercera
parte de ellos, y ya después baja por el sector comercio,
servicios, en fin, pero lo importante es que la tercera parte
nuevamente es sector agropecuario.
En ese sector agropecuario que trabaja más de un millón
de niños de entre cinco y 17 años de edad, el 40
por ciento son de cinco a 13 años. Otra vez estamos hablando,
entonces, que más de 400 mil niños entre cinco y
13 años de edad que no deben de estar trabajando según
la ley, lo están haciendo en los campos agrícolas.
Y luego cuando vamos viendo, de todo este universo de niños
que trabajan, el 58 por ciento asiste a la escuela, pero tenemos
un 40 por ciento que no tiene escuela, punto. Pero conforme va
avanzando según las edades, conforme se van acercando más
a los 17 años va bajando la escolaridad hasta un 40 por
ciento. Lo que nos está diciendo este diagnóstico
es que conforme van creciendo en edad van acostumbrándose
a trabajar, los van echando de la escuela, ellos mismo se van
saliendo, sus padres los van también jalando más
hacia el trabajo.
Pero oigan esto: el 72.2 por ciento no recibe ingresos. O sea
que la remuneración es muchas de las veces trabajar en
el círculo familiar, ser parte del esfuerzo que a nivel
de núcleo se necesita y su retribución es tener
la casa, la alimentación y la cercanía de sus padres,
pero ninguna retribución económica como tal.
Reciben becas el 50 por ciento de los niños hasta 13 años
de edad, y el 27 por ciento apenas de los que tienen entre 14
y 17.
México, precisamente, como ya se comentó hace un
momento, a través de estos instrumentos internacionales
ha comprometido, por un lado, a que en el 2015 hayamos erradicado
toda forma, las peores formas, digamos, de explotación
infantil.
La verdad es que el 2015, faltan pocos años y vemos que
el reto sigue siendo enorme y desafiante. Pero ese es un compromiso
que asumimos porque lo mejor que nos puede pasar es como ayer
que también se presenta por parte del Presidente Calderón
este programa contra la obesidad y el sobrepeso para combatir
la principal causa de muerte entre los mexicanos que es la diabetes,
hay que ponerle metas a las cosas, no solamente los buenos deseos,
sino las metas que nos permitan ir evaluando, ir midiendo si estamos
cumpliendo, si nos estamos acercando al objetivo o si tenemos
que corregir el rumbo en el camino.
Y otra cosa es que también nos comprometimos según
el consenso de Quito, en agosto de 2007, a erradicar estas formas
de explotación de trabajo doméstico entre las niñas
y los niños.
Ahora, estos ejes que se han comentado son los que a nosotros
nos han llevado y ya muy particularmente en el trabajo en el campo
a tener una coordinación interinstitucional.
Déjenme explicarles cuál es el problema que enfrentamos
o uno de los problemas que enfrentamos. El trabajo en el campo
es de jurisdicción concurrente, para efectos de normatividad
y para efectos de inspección en el trabajo. Me explico,
según la Constitución solamente las 22 ramas, sectores
o actividad económica que explícitamente refiere
el artículo 123, son jurisdicción federal y todo
lo que no sean esas 22 ramas de actividades del sector de la economía,
entonces, según el artículo 124, que es lo que le
llamamos en el derecho constitucional “la fórmula
residual”, todo lo que no explícitamente se haya
asignado como una atribución de la federación se
entiende reservado para los estados.
Las actividades en el campo no son de jurisdicción federación,
luego entonces, todos los temas que tienen que ver con las condiciones
generales de trabajo que se tienen que respetar, es decir, todos
los preceptos, optamos todas las fracciones, los conceptos que
contiene el artículo 123, le corresponde a los gobiernos
de los Estados la normativa específica, pero sobre todo
la inspección en el trabajo para ver que se respeten, jornadas
laborales, trabajo infantil.
Y, sin embargo, a las autoridades federales, independiente de
la rama o sector de la economía lo que nos dan es la facultad
de inspeccionar en cualquier centro de trabajo del país
los temas de seguridad y salud en el trabajo.
Entonces, ¿a qué nos lleva esta dualidad, esta
dicotomía? Pues a que todos somos responsables y a la vez
nadie es responsable, porque si bien jurisdiccionalmente le corresponde
a los gobiernos locales el velar por las condiciones generales
de trabajo, a nosotros nos corresponde velar por seguridad e higiene
en el trabajo.
Y, entonces, los niños pueden estar un poco en medio de
ambos campos y por eso nos obliga a celebrar convenios de coordinación
entre gobiernos locales y gobierno federal.
A nivel de gobierno federal tenemos otro problema. ¿Cuántas
dependencias o entidades, Patricia, tenemos en el grupo interinstitucional?
En total.
Patricia: 10 dependencias.
Lic. Javier Lozano Alarcón: Somos 10
dependencias de órganos desconcentrados, en fin, que tenemos
de una u otra manera incidencia o incumbencia en el tema del trabajo
agrícola, de los jornaleros agrícolas, particularmente.
Y cada quien estaba muy concentrado en su ámbito sin que
hubiese esta coordinación interinstitucional, a partir
de esta administración con el Presidente Calderón,
la Secretaría del Trabajo está coordinando estos
esfuerzos.
Y una de las cosas que tenemos y que me parece de lo más
representativo es que les estamos reconociendo una realidad a
nuestros niños jornaleros.
Por la naturaleza del trabajo las temporadas en las que están
en los campos agrícolas, quienes emigran de Chiapas, de
Oaxaca, de Veracruz, de Michoacán, de Puebla, de Hidalgo,
es por seis meses. Entonces, pueden llegar a tener educación
en esos seis meses que están como visitantes, pero sin
embargo no les alcanza para terminar su ciclo escolar.
Entonces, pueden aprender a través de CONAFE, a través
de otros programas de la Secretaría de Educación
Pública, en fin, pero nunca acumular lo necesario para
efectos de terminar el ciclo escolar y acreditarlo en su certificado,
en su boleta, para ir avanzando en los cursos lectivos.
Entonces, lo que ya logramos es tener una boleta única
de calificaciones, para que con independencia de que sean por
esta temporalidad se les pueda reconocer el tiempo de estudios
y se le pueda acreditar para efectos de la boleta con la certificación
oficial de haber completado sus estudios.
Pero lo mismo estamos haciendo a través del Programa de
Oportunidades, se están otorgando becas a los hijos de
jornaleros agrícolas, hay un distintivo de empresa líder
de trabajo infantil, con el cual estamos también ayudándoles
incluso a exportar mejor sus productos, porque en Estados Unidos
con toda razón cada vez castigan más a las empresas
que dentro del TLC están utilizando mano de obra infantil.
Este distintivo lo que hace es darle una suerte de certificación
para facilitar su acceso al mercado estadounidense. Y como ya
comentaba, los convenios de coordinación.
¿Qué otras cosas estamos nosotros planteando? Precisamente
si uno de los grandes objetivos de este programa para erradicar
al trabajo infantil es no solamente la información, sino
también adecuar el marco normativo, parte de lo que estamos
buscando y que aquí quede muy bien claro de nueva cuenta,
que cuando hablamos de la Reforma Laboral no sólo estamos
pensando en los términos naturales en los que tenemos que
destinar buena parte de nuestro esfuerzo como es la productividad,
la competitividad, el acceso al mercado del trabajo; no, estamos
hablando de temas del trabajo decente y un capítulo muy
completo tiene que ver con la erradicación del trabajo
infantil.
Precisamente lo que nosotros estamos planteando para efectos
de la Reforma Laboral, uno de los aspectos centrales es tipificar
como delito la contratación de menores de 14 años
fuera del círculo familiar. Entendemos que los niños
desafortunadamente le tienen que ayudar a sus padres, a sus madres
en distintas actividades, al margen o además de la escuela
y, sobre todo, a partir de reconocer que México el 98,
99 por ciento de los negocios, de las empresas, son micro, pequeñas
o medianas empresa, y que esa es una realidad. pero de ahí
a permitir que gente sin escrúpulos contrate mano de obra
de niños que en lugar de las escuelas los llevan a los
campos agrícolas o los llevan a las peores formas de trabajo
a menores de 14 años, al margen y violando la Constitución.
Eso no basta con una sanción administrativa, no basta
con exigirle que le pague el salario remunerador que le paga a
cualquier otra persona, lo que hay que hacer es evitar que ese
niño esté trabajando regresarlo a las aulas, regresarlo
con sus padres y meter a la cárcel a quien así esté
explotando la mano de obra infantil.
A grandes males grandes remedios, y es lo que estamos planteando
como una de las partes de nuestra Reforma Laboral, pero no solamente
eso, lo que estamos proponiendo es que se prohíba la utilización
del trabajo de menores de 14 años.
Dice actualmente la ley que solamente hayan terminado su obligación,
su educación primaria para poder ser contratados. Y aquí
ya tenemos un concepto de educación más amplia,
y entonces estamos actualizando que hayan terminado su educación
básica para efectos de que puedan entonces ser objeto de
contratación.
Y también estamos planeando que se prohíba la utilización
de menores de 18 años en expendios de bebidas embriagantes
de consumo inmediato, en fin, pero también en trabajos
susceptibles de afectar su moralidad o buenas costumbres.
Ya tenemos que poner muchos de los ejemplos de los cuales desafortunadamente
se expone a menores de 18 años, so pretexto de que ya tienen
edad de trabajar y en realidad si bien no hay un peligro inminente
como estar en la construcción o en la minería, pero
sí puede ser que estén expuestos a peligros muy
grandes para la salud interior, para su formación como
seres humanos y que atenten contra su propia dignidad.
Entonces, estamos nosotros planteando todo eso, y también
la intervención de la Procuraduría Federal de la
Defensa del Trabajo, para que aun sin ser trabajadores los niños
menores que se queden con padres que hayan trabajado y que hayan
fallecido que puedan tener la tutela de la Procuraduría
Federal de la Defensa del Trabajo.
Y para los trabajadores del campo estamos planteando, también
en esta reforma, primero, que haya un registro real de quiénes
están trabajando en el campo, porque muchos de los patrones,
la verdad es que el subregistro que tenemos es impresionante,
es asombroso. Una cosa es cuántos trabajan en el campo
y otra es cuántos tenemos registrados en el Instituto Mexicano
del Seguro Social, y que puedan tener la facultad los trabajadores
de registrarse ellos mismos ante el IMSS, y los patrones computar
todas las horas efectivas de trabajo para que vayan acumulando
antigüedad, y también cambiar las reglas de antigüedad,
como ya se hizo en la Ley del Seguro Social.
Bueno, pasó en Cámara de Diputados, falta en Cámara
de Senadores, para que puedan con mucho menos semanas de cotización
disponer de los recursos acumulados en sus cuentas individuales,
que puedan ellos tener un retiro anticipado, que puedan tener
esta antigüedad reconocida.
Pero otra que me parece muy importante, que tengan agua potable
durante la jornada. Parece mentira, pero no tenemos una obligación
de esa naturaleza en la ley, o bien que haya transporte gratuito,
adecuado y seguro de las zonas habitacionales a las de trabajo
y viceversa.
Con todo respeto, los peores accidentes que vemos entre los jornaleros
agrícolas es porque los transportan como animales. Y eso
lo vemos todos los días y desafortunadamente es parte de
los usos y costumbres que estamos tolerando, pero que es totalmente
atentatorio contra la dignidad, como seres humanos de los trabajadores
en el campo.
También estamos planteando que haya servicios de guardería
para los hijos de los trabajadores, porque el pretexto perfecto
es: no tengo dónde dejarlos, me los llevo al campo. Entonces,
que haya escuelas o haya guarderías, pero el hecho es de
que no estén expuestos a las jornadas de trabajo junto
con sus padres, y también la utilización de intérpretes
cuando no hablen español.
En fin, yo término simplemente con un nuevo reconocimiento
y un llamado. Reconocimiento es a la UNICEF, a la OIT, al Departamento
del Trabajo de los Estados Unidos, porque estamos demostrando
en cosas tan concretas como ésta, que la cooperación
puede materializarse en cosas concretas, que los objetivos más
allá de la diversidad natural que existe entre las naciones
se puede enfocar a causas que son realmente comunes, como lo debe
ser para todos, porque es un derecho humano fundamental, así
como decía Jean, con toda razón, el derecho al trabajo
debe de ser lo que decodifique la existencia de cada quien en
el mundo, lo que lo signifique.
Bueno, pues esto mismo, debemos de decirlo, para los menores
de edad no es el trabajo, es la educación, es la formación
en los valores, en la familia, en su felicidad y no es una explotación
temprana, indebida, como debemos pensar que estamos satisfaciendo
sus necesidades.
Entonces, cuando nos ponemos de acuerdo entre estos organismos
internacionales de los que México forma parte, y con gobiernos
vecinos y hermanos, como es el de Estados Unidos, pues qué
bueno que tengamos un proyecto de esta naturaleza.
Pero, por último, y ahí viene el llamado, que no
basta con programas, no basta con reformas laborales y no basta
con decretos para cambiar el estado de cosas.
Lo más importante que necesitamos como mexicanos es cambiar,
cambiar los términos de convivencia y la conciencia social
que hemos tenido sobre prácticas, que al irlas dejando
poco a poco, al irlas reconociendo como parte de nuestras tradiciones,
usos, costumbres o idiosincrasia lo único que estamos haciendo
es darle la vuelta y darle la espalda a los problemas.
Perder la capacidad de asombro, perder la capacidad de indignación
sobre algo que nos debe motivar a todos, porque basta con que
cualquiera de nosotros piense por un momento qué pensaría
y qué haría de saber que su hijo menor de 13 años
en lugar de estar en la escuela, bajo los cuidados y el respeto
de los maestros, en un ámbito de alimentación y
educación tiene que estar expuesto a las peores formas
de explotación o de trabajo infantil.
Vamos a ponernos, como dice el Presidente Calderón, en
los zapatos de la gente para entonces entender mejor a la gente.
Y dejarnos de estadísticas globales, que si bien nos sirven
para adoptar políticas públicas, a veces enfrían
el reconocimiento de los verdaderos problemas sociales.
Este es un problema social, es un problema de convivencia, es
un problema ético, es histórico y es absolutamente
de conciencia. De conciencia entre todos y por eso a todos ustedes
les agradezco muchísimo su participación, su cooperación,
su colaboración y el creen en el trabajo decente como uno
de los puntos centrales de la agenda del Derecho Laboral en México.
Muchísimas gracias y muy buenos días.