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Discurso
Discurso del Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, durante el evento “Tiempo de Innovar”, celebrado en el Papalote Museo del Niño.

Con la oportunidad que me brindan de compartir algunos conceptos, algunas reflexiones, algunas vivencias, bueno, pues un buen líder tiene que empezar por ser conocedor y sabedor de su tiempo, y aquí ya estamos retrasados, así que voy a tratar de ser mucho más breve de lo que tenía pensado en un primer momento.

Miren, hace poco más de diez años líderes del futuro tuvo no sé, la apuesta, la ocurrencia, la osadía, de ponerme en ese cuadro. Más allá del ego que representa salir en la portada de una revista, lo que para mi marcó ese momento, era el gran sentido de responsabilidad, cuando se apuesta a futuro por un proyecto, por una persona, por una tarea, implica un gran sentido de responsabilidad para quien ostenta esa distinción, entonces, miren, al momento de hacer una serie de conceptos, que yo mismo preparé, para compartir con ustedes, lo primero que nos debe importar es que un liderazgo, un líder, necesita de una causa, siempre tiene que ser un liderazgo con causa, y esa causa, esa causa debe de ser común, debe de ser creíble, debe estar por encima de causas particulares o de pequeños puntos.

Pienso que un líder debe tener entre otras características, el haber acumulado toneladas de credibilidad para aquellos a los que se dirige, para aquellos a los que les habla y ciertamente es preparación, ciertamente es trayectoria, ciertamente es imagen, todo eso vale. Pero también una cosa que puede ser fundamental en todo lo que pasa, en el ámbito que ustedes quieren, la honestidad, y conste que no estoy hablando de la honradez, esa la doy por sentada, de no tomar lo que no es tuyo, yo hablo de la honestidad en la congruencia entre el pensar, el decir, y el hacer, todo eso que llamo la ética y la calidad moral para poder emprender un liderazgo, la verdad es que creo que los líderes en la política, en las artes, en la sociedad, en el deporte, no se improvisan, se dan y se dan, déjenme decirlo con esta expresión que se utiliza mucho, sobre todo en las artes, se dan sí por minutos de inspiración pero por muchas horas de transpiración; esto significa, no basta la genialidad de alguien para poder ser mas productivo

Es mucho el trabajo que debe haber detrás para poder comunicar, para poder proyectar, para poder predicar con el ejemplo, para poder hacer cosas realmente trascendentes para la comunidad, para el grupo al que pretende servir. Creo que un líder, un buen líder, se requiere, como hace rato decíamos, fuerza sí, energía, desde luego, imaginación, pero también equipo, también valores que preservar y una munición constante y honesta de los resultados que se están alcanzando.

Creo también que un liderazgo debe, honestamente, abandonar la soberbia, ser consciente y sabedor de que tiene una posición jerárquica relevante sí, pero que debe eso mismo, hacerlo cercano a la gente y con los pies en la tierra. Finalmente, todo debe partir de ese principio de que todo es relativo y de que esto es temporal, y que estamos marcados por tiempo, por espacio, por condición humana y por contexto y algunas cosas, como decía Ramiro, las podemos planear, otras tantas nos llegan de afuera. De ahí que yo creo, firmemente, que el liderazgo no debe ser solamente como un privilegio, claro que es un privilegio servir desde la fuerza pública, claro que es un privilegio ser parte de un gobierno, ser secretario de estado que es la máxima, digamos, el máximo nivel que he alcanzado en mi trayectoria profesional y política, pero más que ese privilegio es un maleficio de responsabilidad, vuelvo al tema fundamental, ser líder es asumir la responsabilidad de lo que se está cumpliendo en tus manos, en tu trayectoria, en tu talento, en tu inventiva, en tu capacidad de accionar y de reaccionar, y eso es lo que a mi me caracteriza.

Soy también un convencido de que en un país con tantas desigualdades como el nuestro, quienes hemos recibido más por razón de nuestra familia, por la providencia, de nuestro esfuerzo personal, por la razón que sea, pero si somos uno o unos de los muchos privilegiados que hay en este país, y que tenemos características, capacidad y plataforma de liderazgo, precisamente por eso tenemos una responsabilidad todavía más sencilla, una responsabilidad de tratar de compartir con otros lo que tenemos, de enseñarle a otros lo que sabemos, de hacer con otros aquello en lo que creemos, de ser sencillos y tolerantes, y que entender que esas diferencias muchas de las veces son ajenas totalmente a la voluntad de las personas, cuántas personas no conocemos que tienen gran talento, gran capacidad, gran credibilidad, grandes ganas de hacer cosas y, que sin embargo, no tuvieron las mismas oportunidades que nosotros, cierto es que si con alguien te ponen a competir a correr, que corra el que lo pueda hacer más rápido, con sus propias fuerzas y energías, pero francamente seamos honestos, no tenemos aún esa igualdad de oportunidades para que todos podamos sentirnos también en esa igualdad de privilegios para poder emprender liderazgos.

Fíjense que hace un momento, hace un momento decía Daniel algo de su propia experiencia, y yo creo que lo único que voy a compartir con ustedes es un par de detalles que nos pueden hacer ver que en este país cuando se quiere se puede.

Yo vengo de la ciudad de Puebla, yo no nací aquí en el Distrito Federal, de una familia disfuncional, desde muy chavo no tuve papá, fui formado por mi mamá, mi mamá murió hace 28 años y vine a esta Ciudad de México, un año antes estuve en Estados Unidos, ahí estudiaba, trabajaba, en fin, y ese fue mi primer parteaguas, para hacerme responsable de mis cosas.

Pero segundo, a la muerte de mi madre, en el año de 1982, yo estudiaba aquí en la Libre de Derecho y en el Conservatorio Nacional de Música, y créanme que ahí sí no había nadie, nadie, ni abuelos, ni tíos, ni primos, y mis hermanos estaban en sus rollos, en sus propias cosas, que me exigiera triunfos, que me exigiera resultados, que me pidiera que estudiara, que pasara los exámenes, que cumpliera con horarios, y ahí es cuando uno auténticamente se vuelve responsable de su propio destino, cuando no hay nadie más que te tiene que estar exigiendo, y eso me parece a veces algo fundamental, porque gracias a esa conciencia, que los únicos límites, que las únicas energías que servían en ese momento eran las que yo puse y estaba teniendo, verdad, para ser alguien en la vida.

No tenía por qué estudiar las dos cosas, pero tenía ganas de hacerlo, y hoy estoy absolutamente convencido del gran valor de haber estudiado Derecho porque te da el orden, la disciplina, la enseñanza, la formación y te da una gran cercanía con valores fundamentales como el ejercicio con honestidad.

Pero también la música, la música te da ese calor como las bellas artes te hacen mucho más humano, mucho más sensible, sobre todo en la música, la más abstracta de todas las artes te permite comunicar en un lenguaje que no es unido y que afortunadamente cada quien puede interpretar a su manera esa combinación, esa congruencia de valores, disciplinas y de enseñanzas, son las que hoy me permiten a mi, aquí está mi esposa conmigo, tener una familia articulada, no la tuve, ya la tengo, cuatro hijos a los que les puedo hablar directamente, de frente, acompañarlos, darles ejemplo, quererlos, regañarlos, en fin, con mucha cercanía, se me permite darle un valor al deporte, a la música, a la literatura y desde luego al trabajo, pero qué sería de un político, de un servidor público sólo pensando en el trabajo, yo si soy un político profesional y de tiempo completo, sí, mientras estoy dedicado a ello, pero me parece que un líder debe tener esta integralidad de valores, de actividades, de funciones, de gustos, de advertencias y de un gran realismo de que todo esto pasa y pasa muy rápido.

La segunda experiencia personal que quiero compartir es la misma que decía Ramiro, hace tres años estaba diciendo Roy Campos en una entrevista en esta mesa con Joaquín López-Dóriga, estaba planteando cómo eran hace tres años las encuestas, las encuestas a la Presidencia, cuántos puntos tenía entonces Felipe Calderón, y cómo fue hace seis años, que un grupo de nuestra generación, tomó la decisión de ir a librar esa batalla, convencidos, como dice Daniel, de corazón, por convicción de que se podía, y este país somos buenos en serio, que cuando se forman en torno de un liderazgo fuerte, honesto, trabajador, disciplinado, convencido, con equipo, con ganas, con energía y con valentía, las cosas se pueden hacer, y se pueden hacer para bien.

Y es un gran orgullo pertenecer a esta generación a la que los líderes del futuro apostaron en el 99, en esa publicación y que hoy en esa sola, en esa sola edición están Felipe Calderón, Fernando Gómez Mont y Javier Lozano, su servidor, y es un gran orgullo saber que se puede, saber que se puede, pero siempre haciéndolo con un gran corazón.

Quiero terminar con un par de comentarios, miren, me parece que en el servicio público y en la política la mejor grilla, son los resultados, y los resultados a partir del trabajo, de la disciplina, de la congruencia y de la honestidad. Sí, estudiar muy duro, insisto, no basta con inspiración es la transpiración, y es hacerlo precisamente con este orden con esta disciplina.

Segundo, que el liderazgo implica algo que es fundamental, saber tomar decisiones, la enorme trascendencia de la toma de decisiones y una vez que se toman las decisiones saber asumir los costos, en este contexto de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, sabíamos que esa decisión por si misma grave, implicaba y desataba una serie de consecuencias y de costos que había que pagar, en la economía, en lo político, en lo social, en lo laboral y, desde luego, en lo personal, y todos esos costos por caros que parezcan son muy pequeños en comparación con la enorme contribución que se puede hacer al país cuando se toman decisiones precisamente en el sentido, en el sentido correcto.

Hablar ante líderes como ustedes, que es una comunidad padrísima, por su trabajo, por su condición, por sus características, por su cultura, por la innovación que ya caracteriza a todos ustedes, a esta comunidad es todo un reto.

Ustedes y nosotros, de alguna manera tenemos esta gran misión de sacar a nuestro país adelante, con la innovación, con el trabajo, con la disciplina, con tesón y con un profundo amor por lo que hacemos, un profundo amor a México, a nuestras familias, a los demás, a nuestra comunidad, al medio ambiente.

Quiero decirles que somos quizás pocos los privilegiados de tener liderazgo en este país, pero ciertamente y me pongo por delante en esa fila, tenemos que ser tercos, absolutamente tercos hasta alcanzar los fines que nos proponemos.

Por su atención muchísimas gracias y muy buenas noches.


Última modificación: Martes, 2 Marzo, 2010 6:29 PM por WebMaster .