Discursos / Febrero 2008

 

20 de febrero


Palabras del Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, al inaugurar el Foro “El Derecho a la Alimentación de los Trabajadores”

Muchas gracias, y muy buenos días tengan todos ustedes, me da un gran gusto, no solamente participar en este foro sino, saludarlos, y muy particularmente saludar a todos los amigos que nos acompañan en esta mesa de honor, en este presidium, especialmente a María de los Ángeles Moreno, a quien conozco desde hace muchos años, y que si algo puede dejar como testimonio y constancia, es que se trata de una mujer preparada, comprometida, capaz, muy generosa, y una gran amiga, además una gran defensora de la Ciudad de México y eso todos se lo apreciamos.

Me da particular gusto saludar a quien hace posible este foro, como presidente de la Liga de Economistas Revolucionarios de la República Mexicana, Alberto Cano Velez, quien muy amablemente me invitó a participar para inaugurar este foro, lo hago con muchísimo gusto y desde luego le reconozco por la organización de tan importante reunión. También quiero agradecer a Marco Antonio Michel, que es el coordinador del Foro, a los senadores Carlos Aceves del Olmo, que además es presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social en el Senado de la República, y no solamente es uno de quienes suscribe la iniciativa que hoy nos ocupa, sin que por su propia misión y por ser uno de los hombres más relevantes dentro de la Confederación de Trabajadores de México, la CTM, pues su sola presencia aquí, es un signo muy particular, es un mensaje muy claro, de la importancia que reviste este tema para el mundo laboral en México.

Lo mismo a Don Carlos Lozano de la Torre, senador de la República, a mi amigo, paisano, ex jefe, Melquíades Morales Flores, que también está con nosotros, al diputado Juan Carlos Velasco, mucha gracias.

Lo primero que quiero destacar en esta ocasión es la iniciativa, esta palabra que tenemos ya en nuestro lenguaje común, en el lenguaje institucional, en el lenguaje parlamentario, de presentar propuestas de ley, pero quiero apuntar que este término, iniciativa, al que se refiere el artículo 71 Constitucional, es primero que nada tomar posición, definirse a sí mismo y en el contexto de que se trate, precisamente a partir de lo que se esta buscando, esta es una iniciativa que se está presentando, porque tienen la aptitud, la facultad Constitucional los senadores de la República para hacerlo, para que pueda entrar entonces al flujo de discusión, aprobación, promulgación, publicación y entrada en vigor una Ley.

Esa iniciativa encierra sobre todo, la convicción de quienes como María de los Ángeles Moreno o Carlos Aceves aquí presentes, piensan, conciben al trabajo no solamente como la forma de desarrollar una labor a cambio de un ingreso, están viendo que el trabajo tiene que estar aparejado y acompañado de otro tipo de condiciones y características, que lo hagan no solamente como una labor, una chamba; de lo que se trata es de ese trabajo formal que venga aparejado de previsión social. Y la previsión social significa entre otras cosas este derecho a la salud, y la salud implica asimismo, un insumo fundamental, que es el de una buena y balanceada, fortificante alimentación.

Esto se inscribe también en algo que la Organización Internacional del Trabajo ha denominado también como el trabajo decente, es un término que acuña por ahí del año 99 Juan Somavía, el chileno que dirige esta Organización Internacional del Trabajo, y que al preguntarle yo precisamente hace algunos meses, ¿por qué hablar de trabajo decente y no de trabajo digno?, que pareciera que es un término mucho más cercano a nuestro lenguaje común, y me dijo: porque finalmente la dignidad está en cada uno de nosotros, en cada uno de los trabajadores, puede estar en condiciones precarias, y sin embargo, conducirse con absoluto sentido de dignidad, y con una gran honor.

El trabajo decente, en cambio, lo que me explicaba, es todo el contexto que debe acompañar a un trabajo formal, con seguridad social, con previsión social, con una adecuada equidad de género, con inclusión laboral, sin discriminación, sin explotación laboral infantil, en un medio ambiente propicio, en un contexto familiar y socialmente responsable, con pleno respeto a la persona, a su dignidad humana, ese es el trabajo decente.

Entonces cuando uno piensa en el trabajo del siglo XXI, necesariamente, y por eso hoy celebro tanto, que el nombre de la Secretaría del Trabajo sea Trabajo y Previsión Social, tal y como lo establece el título correspondiente de la Constitución de la República, porque no debemos conformarnos con un solo trabajo y su correspondiente remuneración, hay que ir por más, y esta iniciativa, esta iniciativa de Ley de Ayuda Alimentaria para los Trabajadores, va para allá.

Pero también otra característica, que se basa o intenta hacer una ley Reglamentaria del Artículo Cuarto Constitucional, que se refiere al derecho a la protección a la salud de todo mexicano, es decir, está vinculada con el trabajo, sí, pero también con el derecho a la salud, y eso lo hace muy valioso, porque sabemos que en nuestro país tenemos el 67 por ciento de la población entre 20 y 65 años, con problemas de obesidad y sobrepeso, esa es una realidad, si lo llevamos eso al terreno laboral, tenemos que 29 millones de nuestros trabajadores están en esa circunstancia.

¿Por qué se da esto? Precisamente por el círculo vicioso que se ha construido, que viene de una mala alimentación, una mala capacidad, falta de concentración, poca productividad, una mano de obra quizás no tan calificada, menos producción de riqueza, menos generación de ingreso, una distribución más equitativa del mismo, un salario menor, y por lo tanto un menor acceso a una alimentación más balanceada y repetimos es círculo vicioso.

Yo por eso también celebro que uno de los presentes sea Christopher Wanjek, pero qué gusto conocerlo, catedrático de Harvard, y que además escribió este texto que ha servido como base a OIT como base para toda esta reflexión, y sirvió también como base para la exposición de motivos de esta iniciativa de ley, food at work, y que eso nos está permitiendo hacer un balance muy claro de lo que representa la alimentación en algo que es no solamente previsión social, es decir, esta iniciativa apunta a un altísimo contenido social, pero también a un alto contenido en la productividad de las relaciones laborales, de la competitividad de una economía y de la generación de riqueza.

¿Cuál es entonces la gran virtud de esta iniciativa?. Que apunta hacia los dos lados, derecho a la salud, sí, previsión social como una condición, pero a partir del supuesto de que justamente con una mejor alimentación habrá también una mayor productividad en el trabajo.

¿Cuál es el tema que yo considero que va a ser motivo de mayor discusión, de mayor reflexión y también de una altísima consideración por lo que hace a la responsabilidad de los legisladores que van a discutir y en su caso aprobar esta iniciativa, es el tema fiscal, porque lo que la iniciativa está planteando es que más allá de lo que establece la Ley Federal del Trabajo, que son los casos de manera limitativa en los cuales el patrón está obligado a proveer de los alimentos correspondientes, no dice qué tipo de alimentos.

Suponemos que tienen que ser alimentos balanceados y fortificados, pero establece de manera limitativa tales casos, y lo hace cuando se tienen que trasladar al extranjero, a más de cien kilómetros de distancia, cuando trabajan en hoteles o restaurantes, cuando están en aeronaves o en buques, en fin, en el campo, pero no tenemos una figura como la que hoy se está planteando, que de manera voluntaria, o concertada tratándose de contratos colectivos de trabajo, se pueda precisamente comprometer el patrón o el empleador a proveer de esos alimentos, ya sea en comedores propios, ya sea en vales de despensa, ya sea con vales de restaurantes, pero que esa obligación que asumiría de manera voluntaria o concertada el patrón, se viera reflejada , claro está, en un incentivo fiscal, al hacer deducible como parte de toda esta canasta de prestaciones sociales, este incentivo, o esta ayuda alimentaria para los trabajadores.

Entonces, parte de la base de que tiene que ser voluntaria o concertada, pero siempre acompañada de un incentivo fiscal, y éste es el gran reto a demostrarle a nuestros amigos.

Entiendo que viene el Subsecretario Werner a la hora de la comida, con ellos hay que hablar, a partir de que se resta todo aquello que se deja de ingresar a la hacienda pública por efecto de la deducción o deducibilidad de éstos apoyos alimentarios, pero que lo que se produce primero en la reactivación de un mercado por ejemplo, de los restaurantes, de los vales, de lo que es la alimentación en sí misma dentro de un determinado mercado local, pero además de ello lo que implica el aumento en productividad, el aumento en lo que es la economía, es decir, si logramos convencernos primero, y convencer en su caso a la Secretaría de Hacienda, de que esto se puede convertir en una fuente adicional de ingresos a partir de la deducibilidad que se tendría por concepto de estas ayudas alimentarias, entonces estaríamos rompiendo este círculo vicioso para se convierta en un círculo virtuoso, pero sí llamo la atención en esto porque tiene dos componentes.

Lo que se deja de percibir en cuanto ingresos a la Hacienda Pública, pero también, como esto está contemplado para trabajadores tanto del apartado A como del apartado B, es decir, trabajadores meramente al servicio de particulares o trabajadores al servicio del estado, también se tiene que prever cuáles son las partidas presupuestales necesarias para que los empleadores del Gobierno Federal puedan dar estos apoyos alimenticios a los trabajadores a partir de tener una partida especial para tal efecto.

A mí me parece que ese es uno de los temas fundamentales de discusión, porque si eso lo tenemos resuelto, si podemos hacer un cálculo adecuado es esa materia , yo estoy convencido no solamente va a tener éxito esta iniciativa, sino que va a ser aprobada por consenso, y eso sería una gran noticia, porque estaremos avanzando en el sentido correcto.

Piensen ustedes hoy en la existencia de guarderías, de estancias infantiles, los espacios que la misma Constitución y la Ley Federal del Trabajo da para la maternidad, para los períodos de lactancia, y todo lo que nos falta por avanzar en la Ley Federal del Trabajo, para auténticamente hacer de la equidad de género y de la protección a los derechos de la mujer, una realidad, pero esto de la Ley de ayuda alimentaria para los trabajadores, apunta justamente en ese sentido.

Fíjense cómo uno de los trabajos del 2003 de la OIT nos refiere que por cada punto porcentual que se aumente en calorías en la alimentación de las personas, hay un incremento de 2.27 en la productividad, esto es algo científicamente leído por la Organización Internacional del Trabajo.

Es decir, no solamente suponemos lo que puede ocurrir en términos de productividad con una alimentación más balanceada y más fortificante, esto ya está leído en los países donde se han hecho estudios más profundos sobre la materia, y que nos dan cuenta de que en algunos países en vías de desarrollo como Brasil, que tiene problemas estructurales muy parecidos a los que nosotros tenemos en México y que sin embargo, dieron el paso hace 30 años a un esquema como el que nosotros estamos apuntando.

La encuesta nacional de ingreso y gasto en los hogares en el 2006 nos dice lo siguiente: 22 por ciento del gasto familiar se dedica a la alimentación, y en el 10 por ciento de las familias más pobres, esto aumenta al 38 por ciento, es decir, casi 4 pesos de cada 10 de una familia pobre se va a gastos de alimentación.

La misma fuente nos indica lo siguiente, uno de cada tres hombres o mujeres adolescentes, ya sufren problemas de obesidad, el sobrepeso en mujeres mayores de 20 años es del 71.9, casi 72 por ciento y en hombres 66.7, muy cerca, según la Organización Mundial de la Salud.

La obesidad aumenta los costos de atención de salud en 36 por ciento, y en medicamentos aumenta un 77 por ciento el número de veces que se tiene que gastar para efectos de la salud y la Federación Mexicana de de Diabetes nos dice que entre 6.5 y 10 millones de personas viven actualmente con un problema de diabetes en nuestro país, es decir, el diagnóstico es claro, la pertinencia de incluir en el concepto amplio de previsión social la ayuda alimentaria a los trabajadores en mi opinión no tiene ya ninguna duda, no solamente por lo que digo de altísimo contenido social y de mayor productividad.

Estoy convencido que va también a reducir riesgos de trabajo, enfermedades de trabajo, que va a generar también un mejor entorno en el centro de trabajo, que va a generar también un estado de ánimo, porque también lo reconoce la OIT, para efectos del trabajo, todo eso se traduce en productividad.

Es pues, un auténtico círculo virtuoso el que estamos buscando, y digo estamos, porque me siento parte de él, aunque no haya sido invitado a las discusiones iniciales, ahora lo soy, y no saben el gusto que me da poder formar parte de este frente que estamos tratando de conformar para lograr lo importante.

Pero insisto, cuidado con el tema fiscal, porque lo que no podemos tampoco es arriesgar la estabilidad y el equilibrio de las finanzas públicas porque si eso se desata, entonces pueden venir problemas mucho mayores que el de la ayuda alimentaria a los trabajadores, estabilidad económica es estabilidad en el empelo, y estabilidad económica es la base no suficiente, pero sin duda indispensable para que podamos aspirar a tener más crecimiento económico y por lo tanto, una mayor generación de empleos.

Termino diciendo simplemente que si logramos, como aquí se está verdaderamente planteando, y porque además conozco a los actores, si logramos que sin banderas políticas, con un altísimo sentido de responsabilidad, armonizar la productividad en las relaciones laborales y la adecuada previsión social en el mundo del trabajo estaremos yendo en el sentido correcto, en el sentido que todos los mexicanos están esperando de nosotros, para mí ha sido, es un honor participar con ustedes en esta inauguración de este foro deseándoles, porque estoy convencido que va a ser un gran éxito en estas reflexiones, los panelistas, los expositores, los conferenciantes, los moderadores, son todos gente de los más competente, de verdad los felicito desde ya por el éxito que van a tener sus reflexiones y espero que el producto de las mismas sirva para hacer de esta iniciativa muy pronto una realidad para el país.

Por su atención muchas gracias, muy buenos días y en hora buena.