Discursos / Agosto 2007

 

30 de agosto


Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, durante la presentación de los acuerdos que modernizan el Contrato Ley de la Industria Azucarera, en el Salón Manuel Ávila Camacho de la Residencia Oficial de los Pinos

Muy buenos días a todos, bienvenidos.

Estimado don Enrique Ramos Rodríguez, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana.

Estimado licenciado Juan Cortina Gallardo, Presidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera.

Estimado don Joaquín Gamboa Pascoe, Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México.

Señores secretarios, distinguidos miembros del presídium, amigos trabajadores azucareros.

Fotografía de NOTIMEX

Amigas y amigos:

Me da mucho gusto recibir nuevamente al Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera, Alcoholera y Similares de la República Mexicana e igualmente doy la más cordial bienvenida a los representantes de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera.

Sean todos bienvenidos a esta que es la casa de todos los mexicanos.

Los felicito sinceramente por su firme compromiso con los derechos laborales de los trabajadores de la industria, que son fundamentales para el desarrollo del país y para el bienestar de miles de familias mexicanas, de millones de mexicanos que dependen de este importante sector.

En este día quiero enviar un mensaje de reconocimiento a todos los trabajadores azucareros por el trabajo esmerado que han empeñado en cada zafra y en particular por la reciente, y porque su esmero mantiene fuerte a una de las industrias más importantes para el país y a una de las más importantes para el campo mexicano.

Como ya se ha dicho aquí, hace algunos meses allá en Morelos expresé mi compromiso de acompañarles en el inicio de una nueva etapa en la historia de la industria azucarera nacional.

Hoy me siento orgulloso de que sigamos dando pasos firmes en este sentido, pasos firmes, verdaderos cambios estructurales, quizá no de la dimensión general que tienen otros, pero sí uno de los más importantes en el campo y, desde luego, el más importante del sector en siete décadas que nos permitirá, precisamente, el acuerdo para la modernización integral de la industria azucarera en el área laboral.

Fotografía de NOTIMEX

Yo estoy seguro de que los compromisos alcanzados en este acuerdo van a contribuir a que la industria de la caña enfrente con éxito los retos y los desafíos que le impone un mundo que compite ferozmente.

Sin duda este instrumento será fundamental para impulsar una mejora en la calidad de vida y en las condiciones laborales de los trabajadores, y a la vez permitirá que la industria azucarera incremente su productividad.

Hay que recordar que este convenio beneficiará a más de 42 mil trabajadores en 15 estados de toda la República, que producen actualmente más de cinco millones de toneladas de azúcar.

Permitirá también reglas claras para el ascenso de los trabajadores que ahora podrán acceder a mejores puestos mediante criterios de capacitación y productividad, y premiará el esfuerzo y no sólo la antigüedad.

Además, el acuerdo incluye prestaciones adicionales a las actuales para la jubilación de los trabajadores azucareros.

Ahora se podrá resolver este añejo problema de más de tres mil trabajadores que antes de este acuerdo no contaban con este derecho para su retiro.

También se facilita la contratación de personal, el personal necesario para ampliar y modernizar los ingenios.

Y algo que es fundamental, se podrán adaptar los tiempos de trabajo a las necesidades del sector.

Fotografía de NOTIMEX

Con la firma de este acuerdo atestiguamos un hecho de enorme trascendencia, hay que recordar que el Contrato Ley permanecía sin revisar desde 1936.

Es evidente que las circunstancias en el país y en el campo, en el mundo, han cambiado dramáticamente de 71 años a la fecha.

Como era de esperarse, la obsolescencia de algunos de sus elementos comenzaba a afectar gravemente a todo el sector, es decir, a productores y a trabajadores.

Por eso expreso mi mayor reconocimiento a los trabajadores azucareros por su compromiso permanente con la competitividad y la calidad, así como por su labor diaria para producir el azúcar que día a día llega a los hogares mexicanos y a la industria nacional.

Yo quiero reconocer su voluntad de trabajar por el bien de México y felicitarles porque están poniendo las bases de una agroindustria moderna, rentable y capaz, que podrá enfrentar los retos de la competencia con otros productos y con otros mercados.

El fortalecimiento del sector azucarero es de interés público y un asunto estratégico para mi Gobierno.

La modificación del Contrato Ley de los Trabajadores de la Industria Azucarera es un paso trascendental que impulsará la productividad del sector, pero también la competitividad del campo y del país, abrirá mayores oportunidades de trabajo para la gente del campo, mejorará las condiciones para los trabajadores que actualmente laboran, reconoce derechos merecidamente ganados por quienes han trabajado toda su vida en el sector y ahora toca a todos: a productores, a trabajadores, a cañeros y, desde luego, a las autoridades y en ello me comprometo firmemente, a poner el azúcar mexicana en la mesa de los consumidores en México y en el mundo.

Por ello, con el propósito de apoyar a la agroindustria azucarera, el 24 de abril pusimos en marcha el Programa Nacional de la Agroindustria de la Caña de Azúcar, un programa sectorial serio, que tiene como objetivo elevar la competitividad del sector y garantizar su desarrollo.

Con este programa queremos iniciar una etapa de una agroindustria cañera moderna, rentable y capaz de superar los retos de la competencia mundial.

Nuestra intención primordial es elevar el nivel de vida de la gente que trabaja con la caña de azúcar, por ello vamos a trabajar con ustedes para consolidar un sector cañero que sobresalga en los mercados del mundo.

Es cierto que para muchos productores agrícolas los nuevos escenarios de comercio internacional se perciben particularmente difíciles; la eliminación total de aranceles en 2008, representa un enorme reto y a la vez una gran oportunidad, para aprovecharla cabalmente debemos estar preparados y unidos.

Significa sí, el fin de la transición hacia la apertura del campo mexicano y necesariamente a condición de competencia que nuestros productos enfrentarán y que deberán superar a base de calidad y de precios.

Pero al mismo tiempo representa una oportunidad, porque el azúcar mexicana será la única azúcar en el mundo que entrará sin arancel a los Estados Unidos.

Yo estoy seguro que trabajadores, productores, Gobierno, cañeros, todos juntos podremos, sin duda alguna, producir caña de azúcar y azúcar de calidad a precios competitivos que permita, incluso, expandir las posibilidades del sector y buscamos que esa expansión genere beneficios para todos los que producen en la cadena del sector azucarero.

El Tratado de Libre Comercio, suscrito hace ya más de 10 años, abrió la puerta a uno de los mercados más grandes del mundo, tenemos que ver en ello, no sólo el desafío que ello implica, sino también la oportunidad de crecimiento de nuestras exportaciones, de inversión y la generación de más y mejores empleos para los mexicanos.

Para que el campo mexicano pueda sacar mayor provecho de los beneficios, también debemos proveer a nuestros productores y a trabajadores de los medios necesarios para producir más y para producir mejor.

Los retos de la industria, los desafíos que enfrenta el país nos exigen a todos voluntad de diálogo y capacidad para llegar a acuerdos.

A lo largo de este año, con su valiosa participación en el diseño del Plan Nacional de la Agroindustria de la Caña de Azúcar y ahora con la firma de este importantísimo acuerdo, ustedes han puesto el ejemplo de que es posible ponerse de acuerdo para superar nuestros problemas por muy complejos que parezcan.

El año 2008 representa un gran reto, pero también una enorme oportunidad para la caña de azúcar y para quienes trabajan en ella, para aprovecharla debemos estar preparados y debemos estar unidos; debemos privilegiar el futuro sobre la coyuntura, privilegiar la cooperación que suma sobre las diferencias que dividen.

Amigas y amigos:

En un mundo que compite ferozmente, México requiere de una fuerza de trabajo unida, de trabajadores comprometidos con la modernización, la productividad, la competitividad de empresarios comprometidos a la vez con la justicia y con los derechos de los trabajadores.

Yo los invito a que en los próximos años todos juntos: trabajadores, empresarios y Gobierno, sigamos construyendo una relación cercana, una relación productiva, una relación justa, una relación guiada por el objetivo común de impulsar el desarrollo del país y el bienestar de nuestras familias.

Ninguno de nosotros quiere ver un México dividido, ninguno de nosotros quiere ver un sector cañero derrotado ante la competencia, es tiempo de que todos actuemos a favor del progreso y desarrollo de las mayorías, de los que menos tienen.

Yo estoy seguro de que así como logramos este cambio estructural en el sector cañero nacional, a través del diálogo y la discusión responsable y constructiva con todos los sectores políticos y económicos, podremos construir los acuerdos que nos permitan avanzar en las transformaciones estructurales del país, en los cambios que se requieren para construir un México fuerte, seguro de sí mismo, un México competitivo y ganador que todos queremos.

Así avanzaremos mucho más rápido en edificar el México que queremos para nuestros hijos.

Muchas gracias y enhorabuena a todos ustedes.