-MODERADOR:
En uso de la palabra el ciudadano Enrique Ramos Rodríguez,
Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria
Azucarera y Similares de la República.
-C.
ENRIQUE RAMOS RODRÍGUEZ: Señor licenciado
Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos, y no hay otro, compañeros aquí
presentes.
Ingeniero
Alberto Cárdenas, Secretario de Agricultura, amigo nuestro
desde hace mucho tiempo; licenciado Eduardo Sojo, Secretario de
Economía, presente.
Señores industriales que están con nosotros en este
acto tan importante, Comité Ejecutivo Nacional Azucarero
que está aquí presente, lo mismo todos los secretarios
generales de las secciones azucareras que representan este gran
Sindicato Azucarero, muchas gracias de estar con nosotros.
Nos sentimos muy honrados de estar ante usted y poder dirigir nuestras
palabras de respeto y de reconocimiento por su invariable deferencia
hacia nosotros los trabajadores azucareros de México.
Queremos expresarle nuestro reconocimiento también a los
esfuerzos que su Gobierno y que usted mismo ha aplicado para la
solución de la problemática que envuelve a nuestra
rama industrial.
Hablar de la agroindustria de la caña de azúcar es
referirse a la primera agroindustria del país con impacto
económico para cerca de dos y medio millones de mexicanos
que habitan en 15 entidades federativas.
Nuestro deseo como trabajadores es contar con ingenios azucareros
modernos, que hagan posible y que inspiren la productividad de todos
los que trabajamos en sus instalaciones, mejores materias primas
y mejores administradores de las fábricas, mejores equipos
y maquinaria y mejores sistemas de trabajo.

Fotografía
de NOTIMEX
Estamos a escasos cuatro meses de que se abran nuestras fronteras
al comercio azucarero y vivimos con la ansiedad que eso nos genera
y con la preocupación de que no alcancemos a comprender,
los señores industriales y nosotros mismos, a cabalidad la
innegable verdad de que formamos una unidad industrial y de que
no se justifican tratos diferentes para personas iguales, ni ahorros
económicos mal entendidos que se pagan con poca disposición
para el trabajo y con muchas resistencias revanchistas.
Sabemos que mientras exista un conflicto entre los factores de la
producción y mientras se sigan manteniendo asuntos sin resolver
entre ellos, va a ser imposible jalar parejo, mientras exista la
injusticia en las relaciones de trabajo será en vano invocar
el trabajo en equipo, el viaje en el mismo barco o la camiseta bien
puesta.
Usted conoce nuestras aspiraciones, señor Presidente, y ninguna
de ellas atenta contra la solidez de los capitales en las fábricas
del azúcar, ni queremos cooperativas, sólo deseamos
lo que hemos obtenido por méritos productivos, hemos acumulado
un salario y prestaciones en décadas de trabajo y eso es
lo que pedimos siempre.
Nuestra posición es flexible, negociadora, abierta, sin rigidez
para resolver los asuntos diversos y nuestra preferencia ha sido
el diálogo y no la confrontación, gracias a ello hemos
podido ir resolviendo paso a paso los temas que son de nuestro interés
y hemos venido destinando cada vez más nuestras energías
al trabajo productivo y no al conflicto.

Fotografía
de NOTIMEX
Durante casi todo el año hemos estado trabajando con los
señores industriales en la búsqueda de acuerdos laborales
justos y equitativos; hemos logrado avances en este propósito
señor Presidente, y muchos de ellos han sido posibles por
la acertada intervención del señor Secretario del
Trabajo y Previsión Social, licenciado Javier Lozano Alarcón,
quien siempre se ha mantenido en la línea de la conciliación.
Hemos de reconocer ante usted también los buenos términos
de negociación que hemos tenido con el señor licenciado
Juan Cortina Gallardo, Presidente de la Cámara de la Industria
Azucarera y Alcoholera, a ambos les agradezco su apoyo ante usted,
señor Presidente, en este prolongado proceso conciliatorio.
Señor Presidente:
Hace unos meses que nos hizo favor de recibirnos en la casa presidencial
y ahí le compartimos el dato de que en nuestras peticiones
contractuales, incluyendo el pago de salarios y prestaciones, no
llegan al cuatro por ciento del valor total de la producción
y que cualquier ajuste económico que se quiera hacer a este
porcentaje como medida para rescatar las finanzas de la industria
azucarera, carece de sentido.
Sin
duda, una revisión y análisis del porcentaje restante
es lo adecuado para estos fines, por eso es que hemos venido solicitando
que la modernización en la industria nos gustaría
empezar a ver los cambios en el nivel macro de las empresas y que
de ahí se fueran extiendo lo necesario hasta involucrarnos
a los obreros.
La modernización la vemos nosotros como un proceso y le expresamos
a usted nuestro compromiso con ella.
Al igual que los señores industriales, y quizás más,
los obreros queremos a nuestras fábricas de azúcar,
para nosotros son más que eso, señor Presidente, un
ingenio es un centro de trabajo, es el centro de nuestra actividad
familiar y comunitaria y es también el símbolo de
nuestra identidad generacional.
En sus patios, pasillos, escaleras y puntos de producción,
trabajaron nuestros abuelos, nuestros padres y ojalá algún
día también puedan hacerlo nuestros hijos y nuestros
nietos.

Empeñamos ante usted y ante nuestro amigo y compañero
Secretario General de la Confederación de Trabajadores de
México, licenciado Joaquín Gamboa Pascoe, que hemos
de cumplir a pie, todos los trabajadores de esta gran industria,
empeñamos ante usted nuestra palabra, señor Presidente,
de colaborar y comprometernos con su propósito republicano
de crear empleos y de sostener los que existen en la actualidad.
Gracias por su atención, señor Presidente, y le reitero
nuestro respeto.
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