Discursos / Agosto 2007

 

30 de agosto


Participación del Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, durante la presentación de los acuerdos que modernizan el Contrato Ley de la Industria Azucarera, en el Salón Manuel Ávila Camacho de la Residencia Oficial de los Pinos


-MODERADOR: Tiene la palabra el ciudadano licenciado Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo y Previsión Social.

-SECRETARIO JAVIER LOZANO ALARCÓN: Señor Presidente de la República, estimados colegas de Gabinete, estimado don Enrique, estimado Juan, compañeros integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Azucarero y también secretarios generales seccionales, bienvenidos.

Señores industriales de los ingenios de nuestro país, funcionarios públicos, medios de comunicación, señoras y señores, muy buenos días.

Es para mí un verdadero honor el poder informar a usted, señor Presidente, que después de un largo y complejo proceso de negociación, mismo que nos llevó a un auténtico periodo de gestación, es decir, nueve meses, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana y la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera han alcanzado un histórico acuerdo.

En efecto, el convenio que hoy nos reúne moderniza integralmente el Contrato Ley de esta industria y resuelve de fondo el delicado tema de las jubilaciones y pensiones de sus trabajadores.

Es una historia digna de contar, la rúbrica de este convenio llegó la madrugada de ayer miércoles a las 02:30 horas en las oficinas de la Secretaría del Trabajo.

Muchas reuniones y amenazas precedieron a este anhelado momento, basta con recordar que el emplazamiento a huelga en el sector llegó antes, incluso, que nuestro Gobierno, digamos que ya nos estaban esperando.

Recuerdo bien la visita que unos días antes de asumir el cargo como Secretario del Trabajo realicé a la sede del Sindicato Azucarero en esta ciudad, ocasión en la cual pude percibir en voz de don Adrián Sánchez Vargas, aquí presente, la magnitud del conflicto que asomaba.

Fotografía de NOTIMEX

Intensas negociaciones nos llevaron a que el pasado 17 de enero se lograra un acuerdo salarial de último minuto que evitó el estallamiento de la huelga y, sin embargo, la modernización del Contrato Ley de las relaciones laborales y la solución del muy espinoso tema de jubilaciones y pensiones de los trabajadores no se pudieron concretar entonces.

Recordará usted, señor Presidente, que el 14 de febrero aquí mismo, en este mismo salón de Los Pinos y no precisamente para celebrar el Día del Amor y la Amistad, nos reunimos con el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato.

En esa ocasión usted nos invitó a enfrentar la inminente apertura comercial de 2008 con altura de miras y hacer de la industria azucarera una fuente permanente de inversiones productivas y de empleos dignos.

Entonces, también, me instruyó usted a interceder entre las partes para intentar un arreglo, y nos pusimos a trabajar.

Desde aquel día y hasta la fecha, de manera periódica y no exenta de sobresaltos, sostuvimos innumerables reuniones dentro y fuera de la Secretaría con el Sindicato e industriales.

Y permítame hacer aquí un paréntesis, señor Presidente, para destacar la colaboración del Subsecretario Álvaro Castro; del titular de la Unidad de Funcionarios Conciliadores, Carlos Siqueiros, entre otros compañeros de la Secretaría del Trabajo que participaron en estas reuniones.

Fotografía de NOTIMEX

Pero en medio de esas pláticas conciliatorias, se dio el relevo en la Presidencia de la Cámara de la Industria Azucarera y Alcoholera, y esto fue allá por el mes de marzo, a finales del mes de marzo.

Nadie sabía bien a bien lo que podría venir, conocíamos ya el estilo y las cuidadosas formas del presidente saliente Aarón Sáenz, el técnico; pero temíamos que con la llegada de Juan Cortina, el rudo, las relaciones laborales entrasen en una nueva etapa de conflicto.

Afortunadamente para todos el pronóstico falló y Juan Cortina demostró ser un líder fuerte, pero con un gran sentido práctico, un presidente que al tiempo de defender con firmeza los intereses de su gremio, ha sabido entender a cabalidad las aspiraciones de la base trabajadora con gran sensibilidad. Mi reconocimiento, Juan.

Y qué decir de don Enrique Ramos y de nuestro muy respetado amigo Adrián Sánchez Vargas, con enorme dignidad condujeron el proceso de negociación por parte del sindicato para lograr así la armonización necesaria de la defensa legítima de sus derechos, con la de adaptarse a los tiempos que corren y que amenazaban la viabilidad de la industria.

Es decir, el Sindicato Azucarero, miembro de la CTM, y cuyo Secretario General, don Joaquín Gamboa Pascoe, nos acompaña, está llegando en este momento, bienvenido don Joaquín, supo estar a tiempo y en forma para asumir el reto de la modernidad.

Y permítame también destacar, señor Presidente, la muy cercana y comprometida intervención en todo este asunto del señor Secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas; del Secretario de Economía, Eduardo Sojo, así como del Gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, cada uno en su ámbito hizo cuanto pudo y cuanto estuvo a su alcance para lograr este entendimiento.

Total que hoy tenemos ya en México, después de 70 años de vigencia el Contrato Ley de la Industria Azucarera una modernización integral del mismo, acompañada de la muy necesaria también seguridad social que merecen los compañeros trabajadores en el sector.

Esta industria está hoy unida, empleadores y trabajadores asuman ahora como equipo y como asociados.

La creciente competencia que habrán de enfrentar será mucho más duradera y lo más importante, han dado con su actitud y corresponsabilidad un gran ejemplo para todos y han dado también muchos años más de vida para su propia casa y por ende, para su fuente de trabajo.

Celebro, señor Presidente, que podamos constatar una vez más que el diálogo, la negociación y la conciliación de intereses rinde más que la confrontación, la descalificación y el distanciamiento.

Celebro también que se haya privilegiado la paz laboral mediante el equilibrio de los factores de la producción, así como la productividad en las relaciones laborales y la competitividad de un área crítica de nuestra economía sin sacrificar, lo repito, sin sacrificar la dignidad humana ni los derechos fundamentales de los trabajadores.

Muchas cosas cambiarán en los ingenios a partir de ahora, vendrán más inversiones, nuevas tecnologías, mejores condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo y más capacitación también.

Pero llegarán también las multihabilidades, los escalafones flexibles, la continuidad en la operación y un régimen jubilatorio viable y equitativo, mejores zafras esperan al sector y más riqueza y su justa distribución que esperamos todos de él.

Gracias a la industria por su compromiso, Juan, con México; gracias al Sindicato por demostrarle a propios y a extraños que cuando se quiere, se puede, y gracias a usted, señor Presidente, por permitirme vivir y compartir a su lado estos momentos.

Felicidades, enhorabuena y muchas gracias a todos.