
Muy
buenos días tengan todos ustedes, me da un enorme gusto poder
compartir con esta distinguida audiencia, participar en esta conmemoración
tan sentida, tan merecida de los primeros ochenta años de
la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, lo hago en
primer término, con la muy honrosa representación
del presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa,
que como ustedes saben es abogado, serio, comprometido con el derecho
y la justicia social de éste país, deben saber que
el presidente Calderón les manda a todos y en particular
a quienes encabezan la Junta Federal, no solamente un saludo respetuoso
y el afecto que merecen, sino también los mejores deseos
para que el futuro que espera a la Junta y por lo tanto a la justicia
laboral sea el que México merece, o sea que de parte del
señor presidente les hago llegar éste saludo,. Éste
respeto y éstos buenos deseos.
Pero también acudo, como ya se dijo, como secretario del
Trabajo y Previsión Social y también como abogado
que soy, de lo que me siento por cierto muy orgulloso, muy orgulloso
de mi profesión, de la institución de la que soy egresado,
por cierto que es la misma que el Presidente Calderón, la
misma del presidente de la Junta Federal Arbitraje, es la misma
del subsecretario del trabajo, la misma de la procuradora federal
de la defensa del trabajo y de otros tantos que están aquí
presentes, pero no por ello significa que sea la única escuela
de derecho, la verdad es que tenemos muy buenas escuelas de derecho
aquí en México, la Universidad Nacional , la Iberoamericana,
el Itam, Lasalle, Universidades estatales, la verdad es que todos
han sido formadoras de grandes pensadores y de grandes juristas.
Me da mucho gusta saludar a Eduardo Alba, a nuestro representante
de los trabajadores ante la Junta, a Don Humberto Guerra, que es
su homólogo, representante de la parte patronal, a todos
quienes encabezan como decía, los secretarios generales de
esta Junta Federal, a su presidente desde luego, pero me da mucho
gusto también ver caras conocidas de muy distinguidos representantes
de organizaciones obreras, de organizaciones de los trabajadores
en éste país, bienvenidos todos ustedes.-
Me da mucho gusto también ver a representantes no sólo
de la parte patronal, abogados postulantes muy reconocidos que están
aquí con nosotros, a los medios de comunicación, creo
que esto es una ceremonia que se engalana con la presencia de todos
ustedes, de verdad muchas gracias por acompañarnos.

Ya se dijo hace un momento, vamos a hacer una larga memoria de la
creación o la constitución de la Junta Federal, de
las Juntas de Conciliación en general, pero sí ciertamente,
vale la pena que tengamos muy presente que la base del constitucionalismo
en México coincide también con la creación
del auténtico derecho social, es decir, el artículo
tercero, el 27, el 123, son la columna vertebral de nuestra constitución,
en buena medida es fruto de luchas amargas, cruentas, largas, por
la justicia social, éstos conceptos que pareciera que de
tanto repetirlos se convirtieran en lugar común y parecieran
caer en el vacío, la verdad es que debieran motivarnos constantemente
y llamarnos no solamente a que refrendemos todos diariamente el
compromiso, no con la justicia a secas, sino con la justicia social,
porque no podemos hablar de una democracia plena, de una justicia
imparcial, objetiva, gratuita, no podemos hablar de ese acceso a
la justicia sin mas si no tenemos también una buena base
social, de desarrollo social, y eso es lo que nos tiene que mover,
no solamente la letra de la ley, sino su espíritu, y por
eso es que es tan importante que en una ceremonia de esta naturaleza
podamos refrendar el valor, el peso que tiene el artículo
123 constitucional, el peso que tiene por lo que hace a la historia
que le precede, a la letra que queda impresa en nuestra máxima
legislación, sino también en cuanto al camino y al
rumbo que marca a seguir, particularmente en esta materia que como
aquí se ha dicho, se trata de la justicia laboral a partir
del tripartismo, ese tripartismo que algunos fustigan, que es justamente
lo que le da una base democrática como también se
dijo hace un momento, porque tiene la participación paritaria,
de la representación obrera y patronal, y la conducción
obviamente de un gobierno cuando se habla en esta intención,
a veces constante de algunos, de que todo se tiene que hacer autónomo
y ajeno al gobierno, entonces la pregunta natural sería para
qué queremos gobierno, si todos fuesen órganos autónomos,
ajenos a los poderes, pues entonces se desvirtuaría en esencia
la misma existencia, la división y el equilibrio de los poderes
de la unión, lo que hay que hacer con la Junta Federal de
Conciliación y Arbitraje y con la Juntas Locales, es fortalecerlas,
para que hagan cada vez mejor su función, para que cumplan
cada vez mejor con su papel, y el tripartismo, que es esta base
de equilibrio, porque finalmente, de lo que se trata es de preservar
la paz laboral, y la paz laboral se va a preservar el equilibrio
adecuado entre los factores de la producción, qué
mejor punto de partida para ese equilibrio en los factores de la
producción, que estar debidamente representados en éstos
órdenes tripartitas, son instituciones que muchos queremos
los mexicanos, que mucho valoramos, que muchos apreciamos, como
las instituciones de seguridad social, de previsión social
y de justicia laboral, y que desde su creación en septiembre
de 1927, esta Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ha
dado muestras claras de ser auténticamente tribunales de
derecho, de estricto derecho, y que en esa conformación tripartita
lo que hace es orientar su trabajo para darle también cuerpo
a lo que establece el articulo 17 constitucional, el acceso de toda
persona a la justicia, a tribunales, para que se imparta justicia
de manera pronta, expedita, objetiva, imparcial, gratuita, de eso
se trata, ese es el objetivo, pero el último objetivo, para
que la paz laboral sea a través del equilibrio de los factores
de la producción, el objetivo último de todo lo que
estamos hablando, y lo dice la ley federal del trabajo, es la justicia
social, que desafortunadamente nos damos cuenta de lo lejos que
estamos aún, cuando en desgracias como las que ocurren en
el sureste, vemos que para variar las padecen las tragedias naturales
quienes menos tienen, y en un círculo vicioso que pareciera
perpetuo, ocurre que se nace en condiciones de marginación
y que éstas condiciones de marginación también
se producen a veces en la falta de oportunidades, de alimentación,
de salud, de una familia ordenada y funcional, y eso mismo los aleja
de las oportunidades de trabajo, de la capacitación, del
adiestramiento, de la formación técnica, y eso mismo
los aleja por lo tanto de una vida cada vez más digna, y
del mayor bienestar que merecen, junto con sus familias, y cuando
la ira de la naturaleza se presenta, con mayor violencia golpea
a quienes de origen y en esencia venían ya sufriendo y habían
sido golpeados por la propia naturaleza de su origen.

Entonces, motivarnos como abogados, como funcionarios públicos,
como representantes patronales, como representantes del sector obrero,
como abogados postulantes, como medios de comunicación, que
es tomar conciencia de lo mucho que tenemos por delante, y esta
conmemoración, como tantas otras, la verdad es que debiera
convertirse en eso, en conciencia colectiva, de cómo hacer
las cosas cada vez mejor.
Es esta una institución de la que el presidente de la república
se siente muy orgulloso, personalmente me siento muy orgulloso de
la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, y estoy seguro
que la mayoría de los abogados en el país también
lo perciben así.
Sé también que tenemos un marco normativo susceptible
de ser perfeccionado, ciertamente tenemos procesos susceptibles
de ser revisados y recursos humanos y financieros faltantes para
consolidar la estructura y funcionamiento de la Junta, y ciertamente
tenemos también que reflexionar hasta que punto la Junta
de veras está orientándose a la estricta impartición
de justicia laboral, o se está desviando cada vez mas para
atender asuntos administrativos de la seguridad social. 70 por ciento
de esos 170 mil expedientes que hoy están en curso en la
Junta, son de otra índole distinta a la estricta impartición
de justicia laboral, y a eso se suman 60 mil nuevos expedientes
éste año, redemandas individuales, de trabajo, que
es 26 por ciento mayor de lo que para éstas alturas se había
recibido el año pasado, y con todo ha atendido el mayor número
de conflictos individuales en los últimos años la
Junta, más de once mil, es el menor índice de huelgas
estalladas también en los últimos años, lo
cual demuestra lo que muchos desconocen, o conociéndolo no
se lo quieren reconocer, que la Junta está conformada por
personal auténticamente de carrera, por profesionales del
derecho, por impartidores de justicia, por personal administrativo
comprometido y que ahí están los resultados precisamente,
a pesar de las adversidades, de la escasez de los recursos, del
creciente número de expedientes, y a la desvirtuación
de la naturaleza misma de los asuntos que maneja, menos huelgas,
más conflictos conciliados, más asuntos atendidos,
por eso es que es muy justo hacerle un reconocimiento a la Junta,
por eso es muy justo también hacer reconocimiento, de que
cuando impulsamos la transparencia como aquí se comentó
para que toda persona y especialmente los trabajadores tengan acceso
a cualquier contrato colectivo de trabajo, la actitud que asumieron
los funcionarios de la Junta fue no solamente de un compromiso meramente
institucional, sino una convicción plena de que ésta
era el camino a seguir, y lo es porque sabemos todos que publicar,
transparentar los contratos colectivos, no implica de manera absoluta
una injerencia en la autonomía sindical. Quiero aprovechar
éste momento, delante de tan distinguidos representantes
del sindicalismo mexicano, para reiterar el compromiso que el presidente
de la república hizo desde el principio de su mandato y el
compromiso que yo mismo he expresado ante todos ustedes cada vez
que nos vemos, respeto absoluto a la autonomía sindical,
respeto absoluto al derecho de huelga y el respeto absoluto a la
contratación colectiva del trabajo.

Y precisamente porque se respeta la autonomía sindical, es
que se les tiene que dar cada vez más instrumentos a los
trabajadores para que gocen de una mayor libertad sindical, la libertad
sindical entendida desde el artículo quinto al noveno, el
mismo 123 de nuestra Constitución, a partir de los cuales
debemos privilegiar la decisión libre, informada, razonada,
de los trabajadores, de saber cuáles son sus principales
derechos y obligaciones, como y por quién deben estar legítimamente
representados ante las autoridades del trabajo, frente a los patrones,
frente a los empleadores, todo eso es la transparencia de la que
venimos hablando, pero repito, siempre con pleno respeto a la autonomía
sindical, a veces algunas de las tentaciones que vemos como esto
de eliminar el tripartismo, o a la supuesta democratización
o transparencia en la vida interna de los sindicatos, olvidan que
también hay sindicatos patronales, , y que entonces, en el
momento en que no solamente violando el 123, sino el convenio 87
de OIT, y de otras convenciones internacionales, hagamos caso omiso
de de esos dispositivos, y caigamos en la tentación de entrometernos
en la vida interna de organizaciones donde no hay recursos públicos
de por medio, entonces estaremos violentando y de una manera no
solamente inmerecida, sino totalmente indebida, la fortaleza y la
base de lo que son los equilibrios entre los factores de la producción,
quienes creen que de esa manera vamos a ser más democráticos,
la verdad es que pareciera que ignoran la base y sustento, el origen
y esencia del sindicalismo.
Por eso es que vemos un apetito de los trabajadores, de la sociedad,
de los medios de comunicación por conocer más de lo
que está al interior de las organizaciones, y veo con mucho
agrado que la mayoría de ellas, sino es que todas con las
que he platicado, de motu proprio, están dispuestas a ser
cada vez más abiertas y transparentes frente a sus agremiados,
pero muy distinto es que esa libertad sindical fortalecida sea la
que tiene como consecuencia una mucho más vigorosa rendición
de cuentas, de mayor transparencia al interior del sindicato, la
decisión de a cuál organización pertenecer,
y otra muy distinta es que desde el poder mismo se pretendan imponer
reglas y condiciones a organizaciones ajenas.
Lo mismo ocurre con el registro de los sindicatos , se cuestiona
de pronto el porqué se dan nuevos registros a nuevas organizaciones,
y pareciera que entonces nos estábamos acostumbrando a una
forma de hacer las cosas indebida, cómo se nos ocurre darle
un nuevo registro a una nueva organización sindical, la respuesta
es muy simple, porque cumplió con la ley, más bien
pareciera que a aquello que tanto se critica que es el manejo político
de los temas laborales, el uso político de instrumentos como
el registro de asociaciones, por un lado se exige que se haga totalmente
al margen la política del manejo administrativo del registro,
y por el otro se cuestiona que se den nuevos registros a nuevos
sindicatos, acostumbrémonos todos a vivir en una cultura
de la legalidad, a cumplir con la ley, a respetarla y hacerla respetar,
y nosotros como servidores públicos somos los primeros, no
solamente desde un punto de vista estrictamente ético, sino
también desde un punto de vista jurídico, institucional
y formal, constitucionalmente hablando, estamos obligados a respetar
y hacer respetar la constitución y las leyes que de ella
emanen, y eso es justamente lo que se está haciendo.
Yo veo no sin preocupación que muchas de las decisiones de
la Junta, y de las juntas locales, pero particularmente ahora de
la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje como tal, como
institución, y siendo además, sintiéndome muy
orgulloso como persona y como abogado de lo que es esta magnífica
institución, también trascendente y ejemplar a nivel
mundial, como lo es el amparo en México, veo con preocupación
que muchos de los criterios y decisiones y resoluciones y laudos
emitidos, basados, otra vez, en criterios propios, fundados, en
pruebas, en decisiones, en testimonios, en precedentes, y desde
luego y fundamentalmente en la Constitución y en la ley,
de pronto en un legítimo combate jurídico ante tribunales
del poder judicial de la federación, no solamente se pone
en duda ese trabajo, sino que mediante la figura en ocasiones de
la suspensión definitiva del acto reclamado, se deja sin
efectos lo que ocurre en una decisión de fondo, sustantiva,
razonada, articulada y apegada estrictamente a derecho, lo comento,
no es el único caso, pero creo que en México debemos
reflexionar profundamente sobre éstos equilibrios que no
solamente existen y deben seguir existiendo entre los poderes de
la unión, sino también en la impartición de
justicia misma, pareciera que tenemos que avanzar hacia una mejor
comunicación, interlocución, reflexión con
el poder judicial de la federación, en un foro abierto, nada
vergonzante, simplemente reflexionar los alcances que se tienen
en cuanto a las decisiones mismas, resoluciones y laudos de la Junta,
por lo que hace a la previsión de demandas de amparo.
Incorporando al tercer poder, el poder legislativo, eso es algo
de lo que tendremos que seguir reflexionando.
Yo quiero también reconocer al personal de la Junta Federal
de Conciliación y Arbitraje, porque además en los
últimos tiempos, que han tomado decisiones valientes, que
han sabido desempolvar disposiciones de la ley federal del trabajo
para ubicarlas en tiempo y forma, han enfrentado en mi opinión
y en ocasiones, un embate inmerecido de los muchos intereses que
están en juego en cada una de esas resoluciones, decisiones,
laudos. Pero lo están haciendo y yo le quiero decir a la
Junta que entre más críticas reciba de las dos partes,
significa que su función arbitral está siendo mejor
desempeñada, porque esto no es un concurso de popularidad,
impartir justicia, como cualquier árbitro, pues no se vuelve
precisamente el personajes más aceptable y más popular
en la cancha de juego, y sin embargo cumplir estrictamente con lo
que la ley ordena, es la mayor de las satisfacciones que debe tener
un buen árbitro, así pues, hay que aguantar esos embates,
embates por cierto de algunos que por igual se ponen la cachucha
de intelectuales, luego se la quitan y se ponen la de litigante,
luego se la quitan y se ponen la de representantes de uno de los
sectores, luego de otro, y luego uno no sabe con quién está
hablando.
Es como la figura del derecho civil, el contrato consigo mismo.
Hay que aguantar, hay que saber respetar la crítica, porque
eso también habla muy bien de nuestro país, de la
libertad de expresión. Cuando uno tiene la conciencia tranquila
y sabe que está actuando con rectitud, con honorabilidad,
con objetividad y con imparcialidad, hay que tener también
la piel suficientemente gruesa para saber resistir ese tipo de ataques.
Y dormir tranquilo, sabiendo que se está cumpliendo con el
trabajo; yo no conozco, porque seguramente de todos los aquí
presentes el más nuevo en el sector pues soy yo, no conozco
a muchos otros presidente que antecedieron a Miguel Ángel
en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, pero quiero
decirles que en gobierno federal estamos muy orgullosos del trabajo
de Miguel Ángel Gutiérrez Cantú.
Miguel ante todo es un hombre recto, es un hombre de bien, es un
espléndido abogado, es un funcionario comprometido, con la
causa del derecho, con la justicia laboral y como presidente de
la Junta Federal y Arbitraje, por eso me pareció más
que justo y oportuno éste momento para hacer éste
muy merecido reconocimiento.
Y quiero decirles que cuando se habla de posibles adecuaciones a
nuestro marco legal, uno de los principales objetivos que se persiguen
por parte de los sectores productivos y desde luego del gobierno,
es justamente el fortalecer la procuración e impartición
de justicia laboral. Porque debemos fortalecer los procesos a fin
de que se privilegie en todo momento la conciliación, para
facilitar eso, el acuerdo de voluntades entres las partes en cualquier
etapa del proceso, porque debemos avanzar hacia la profesionalización
no solamente de servidores públicos, sino también
de los representantes de los sectores, de los litigantes, que debieran
de ser todos abogados, y porque debemos también hacer todo
lo necesario en el texto mismo de la ley, para darle absoluta vigencia
a lo que establece el 17 constitucional, y que éste acceso
a la justicia, sea cada vez más expedito, sea justicia pronta,
imparcial y objetiva.
Y esta institución, la Junta , está verdaderamente
aportando cosas muy buenas y muy valiosas para el estado de derecho,
el estado de derecho no hay que verlo como un fin en sí mismo,
es un medio para una vida más digna, para una vida mejor
colectivamente hablando, si el estado de derecho, con los principales
análisis que a nivel internacional se hacen cuando hablamos
de la competitividad y la productividad de un país, involucran
de una manera más que ponderada el acceso a la justicia,
la impartición de la justicia, el fortalecimiento de las
instituciones y desde luego del estado de derecho.
Lo que quiero decir con esto es que no crean que la única
satisfacción que vamos a tener todos nosotros al fortalecer
la justicia laboral será el cumplir de mejor manera con el
muy necesario llamado a fortalecer el estado de derecho, sino que
con eso, lo que vamos a hacer es hacer de México un país
muchísimo más competitivo, y al hacerlo más
competitivo frente a los otros países del orbe, es atraer
más inversiones en el largo plazo, y con eso estaremos cumpliendo
con un gran propósito colectivo, y desde luego el principal
propósito del presidente en materia económica, que
es la generación de empleos.
Entonces la aportación a la que todos estamos aquí
llamados a desempeñar o a hacer o a realizar a favor de la
Junta y de la justicia laboral es también hacer de México
un país más competitivo y capaz de atraer más
inversiones y de generar más empleos.
Entiendo que ya queda en las próximas horas instalada esta
reunión anual de presidentes de juntas especiales, y llama
la atención el título con el cual se ha denominado
esta reunión, la justicia laboral, consolidar lo avanzado
para enfrentar el futuro, y quiero decirles que en ese futuro inmediato,
la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje tendrá
todo el respaldo, el apoyo, la cercanía, la sensibilidad,
no obstante todo lo anterior, el pleno a la autonomía como
tal, como órgano tripartita de justicia laboral, todo ese
respaldo de parte del Presidente de la República, de la Secretaría
del Trabajo, del Gobierno Federal, y estoy convencido de que el
presupuesto de egresos del próximo año también
nos va a permitir ver que el fortalecimiento de la Junta se traduzca
en recursos crecientes, para tener más recursos y fortalecer
así al capital más importante que tiene que ser el
capital humano, con ingresos con remuneraciones que sean cada vez
más acordes a su altísimo responsabilidad, con las
tecnologías de la información que permitan virtualizar
los procesos y que de esa manera podamos enfrentar con mucho más
éxito la inmensa carga de trabajo que tenemos.
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