La iniciativa de Reforma Laboral propone un importante cambio
en el tema de la productividad. Comúnmente, el concepto
de “productividad” se asocia con la obtención
de un beneficio para el patrón, pero pocas veces se relaciona
con mayores ingresos para los trabajadores.
Es por ello que en la reforma a la Ley Federal del Trabajo se
propone que la productividad se traduzca en un incremento a los
ingresos y el bienestar de los trabajadores, pues expresamente
define a la productividad como: “el resultado de optimizar
los factores humanos, materiales, financieros y tecnológicos
que concurren en la empresa, para la elaboración de bienes
o la prestación de servicios, con el fin de promover su
competitividad y sustentabilidad, e incrementar los ingresos y
el bienestar de los trabajadores”.
En este sentido, la propuesta considera a la productividad como
un elemento básico para:
• Lograr ascensos u ocupar plazas vacantes
o de nueva creación.
• Permitir que sus beneficios se distribuyan equitativamente
entre los trabajadores y los patrones.
• Formar parte del adiestramiento y de las habilidades de
los trabajadores.
• Alcanzar una nueva forma de organización en el
trabajo, que termine con el trabajo de “puesto fijo”
(sólo hago lo que me toca), y le permita al trabajador
realizar otras actividades relacionadas con sus labores mediante
el pago correspondiente.
• Reorientar las atribuciones de las actuales Comisiones
Mixtas y Comités Nacionales de Capacitación y Adiestramiento
(integrados por representantes de trabajadores y patrones), a
efecto de que estas instancias establezcan mecanismos para elevar
la productividad y para vincular los ingresos de los trabajadores
con los beneficios de la misma.
La actual Ley Federal del Trabajo no considera a la productividad
como un factor primordial en las relaciones de trabajo; tan es
así, que únicamente menciona la palabra “productividad”
en tres ocasiones.
Es importante destacar que el incremento de la productividad es
un aspecto fundamental del crecimiento económico. Mientras
mayor sea la productividad de las empresas, la economía
nacional avanzará en los índices de competitividad,
lo cual se traduce en una mayor inversión y, como consecuencia,
en la conservación y creación de empleos en beneficio
de los trabajadores.
En suma, la reforma laboral propone generar una cultura de productividad
en las relaciones laborales que se traduzca en mejores salarios
y condiciones de vida para los trabajadores.