
• Afinan también detalles para organizar conjuntamente
la OCDE, el Foro Económico Mundial y la propia STPS Seminario
sobre competitividad y productividad a celebrarse en próximos
meses en nuestro país.
• El Secretario General de la OCDE reconoce el interés
de la Delegación Mexicana Tripartita por celebrar estas
reuniones, cuyo propósito es enriquecer el diálogo
y el intercambio de ideas.
Los representantes de la Delegación Tripartita Mexicana
y el Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier
Lozano Alarcón se reunieron hoy en Paris, Francia con el
Secretario General de la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económicos (OCDE) José Ángel
Gurría y expertos de ese organismo para intercambiar puntos
de vista sobre la reciente propuesta de Reforma Laboral en México.
El titular de la STPS hizo una presentación sobre la evolución,
status actual y los principales retos de la propuesta de Reforma
Laboral, y aprovechó la ocasión para formalizar
detalles en torno a la realización de un Seminario sobre
competitividad y productividad dedicado a trabajadores, empleadores
y gobierno, que de manera conjunta organizan la OCDE, el Foro
Económico Mundial y la propia Secretaría del Trabajo
para celebrarse en próximos meses en nuestro país.
Al darles la bienvenida, el titular de la OCDE se congratuló
de este encuentro y el diálogo entre la delegación
tripartita mexicana, las autoridades y expertos sobre empleo del
organismo que él representa, porque dijo, su objetivo supremo
es crear más y mejores empleos para los mexicanos.
Acompañaron al titular de la STPS, Jorge Rodríguez
Castañeda, Jefe de la Oficina del C. Secretario, el Embajador
Agustín García- López, Representante Permanente
de México ante la OCDE, Gerardo Bracho Carpizo, de la Delegación
de México ante la OCDE., Salvador Medina Torres, Subsecretario
de Relaciones del Comité Nacional de la Confederación
de Trabajadores de México (CTM), y Lizette Clavel Sánchez,
Secretaria General de la Asociación Sindical de Sobrecargos
de Aviación de México.
También estuvieron, Octavio Carvajal Bustamante, Presidente
de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de
la Confederación de Cámaras Industriales de los
Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), así como Ricardo Castro
Garza, Representante de la Comisión Laboral de la Confederación
Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) de Nuevo León.
Por la OCDE asistieron Gabriela Ramos, Jefe de Gabinete del Secretario
General, el Director del Comité de Empleo, Trabajo y Asuntos
Sociales (ELSAC) John P. Martin, el Jefe de la División,
Análisis y Políticas de Empleo (ELSAC) Stefano Scarpetta;
además de Patrick Lenain, Jefe de la División de
Estudios por País,. Cyrille Schellnus, Economista y Analista
Político para México y Chile y Mario López-Roldán,
Miembro del Gabinete del Secretario General, Escritor de Discursos.

A continuación las Palabras Introductorias de José
Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE.
Señor Secretario, Representantes de la Comisión
Tripartita, Colegas de la OCDE:
Bienvenidos a la OCDE. Están en su casa.
Es un gran placer poder recibirlos aquí para intercambiar
puntos de vista y perspectivas en torno a la urgente necesidad
de una Reforma Laboral en México, y en concreto, sobre
la Propuesta de Reforma presentada en Marzo ante la Cámara
de Diputados.
Permítanme comenzar por aplaudir esta iniciativa del Secretario
Lozano, de promover este diálogo entre ustedes, los protagonistas
de este importante proceso de reforma, y nuestros expertos sobre
empleo y cuestiones laborales en la OCDE. Su presencia aquí
es muestra de un México más seguro de sí
mismo, más abierto. Gracias por haber venido.
Me da un gusto enorme que tengamos una propuesta de Reforma Laboral
sobre la mesa. Muchas de las recomendaciones que la OCDE le ha
brindado a México durante varios años están
plasmadas en esta amplia y ambiciosa propuesta.
Si bien hay algunas partes de este texto que consideramos que
podrían ser mejoradas, y esperamos poder ayudarlos a hacerlo,
quiero ser muy franco: la OCDE apoya ampliamente esta propuesta
de Reforma y su objetivo supremo: crear más y mejores empleos
para los Mexicanos.
México es un país con enormes potencialidades. Tiene
una combinación envidiable de atributos y ventajas comparativas.
Puede ser una potencia económica mundial en un par de décadas.
Sin embargo, sigue teniendo grandes desafíos pendientes
que requieren de reformas de fondo. Tenemos que construirlas juntos.
Hoy en día, las reformas se tienen que construir sobre
un consenso social, desde abajo, a través de un proceso
abierto, incluyente e informado. Por eso, ahora es más
difícil avanzar. Por eso estamos aquí reunidos.
El hecho de que este proceso se haya abierto a la opinión
internacional, mediante ejercicios como el de hoy y el que acaban
de realizar ayer en Ginebra en el Foro Económico, fortalecerá
esta propuesta sin lugar a dudas.
Una de las grandes virtudes de esta iniciativa de Reforma es
que se ha nutrido de cientos de diferentes propuestas, que se
está construyendo con opiniones contrastantes. Se me vienen
a la mente las palabras del gran filósofo español
Ortega y Gasset: “La realidad, es la suma de todas las perspectivas.

La compleja realidad actual presiona a México hacia una
modernización de sus principales estructuras. La crisis
financiera y económica mundial golpeó a México
con fuerza. La caída de un 6.5% en el PIB de México
en 2009 fue una de las más pronunciadas de los países
de la OCDE. Como resultado, millones de personas perdieron su
empleo y la pobreza ha vuelto a crecer. Esta caída no fue
sólo producto de nuestra integración con Estados
Unidos; también refleja una serie de vulnerabilidades que
tenemos que reparar.
Uno de los principales desafíos es la modernización
del marco laboral. México no puede desarrollar su máximo
potencial en una economía globalizada y altamente competitiva
con base en estructuras forjadas en los años sesentas.
La economía mundial se ha transformado radicalmente desde
entonces. Los factores de competitividad son nuevos. Los derechos
de los trabajadores han aumentado y se han diversificado. La participación
de las mujeres en la economía se ha convertido en un motor
de crecimiento, mientras se ha hecho evidente que la informalidad
pone en desventaja a todos: trabajadores, empresarios y gobierno.
México tiene una Ley Laboral cansada; diseñada
para un país y un mundo muy distintos. Necesita un marco
laboral de vanguardia que le permita aumentar su competitividad,
mejorar su productividad y reducir las desigualdades sociales,
que se han convertido en un obstáculo para el crecimiento
vigoroso y sostenido.
En los países miembros de la OCDE, los ingresos del decil
más rico son, en promedio, casi nueve veces superiores
a los del decil más pobre; en México la diferencia
es 25 veces superior. Reducir las disparidades en el ingreso a
través de empleos dignos, capacitación, igualdad
de oportunidades, debe ser la prioridad número uno. Pero
esto sólo se podrá lograr con cambios de fondo en
la ley laboral. Por eso su esfuerzo es tan importante. Su esfuerzo
equipará a la economía mexicana con tecnología
de punta, alistándola para una nueva era. Esto es hacer
historia.
México tiene una de las protecciones laborales más
restrictivas del mundo. El mercado laboral mexicano se tiene que
flexibilizar. Y esto no quiere decir abaratar el despido, frase
que tanto se criticó en España. Esto quiere decir
encontrar un mejor equilibrio entre protección y capacidad
de contratación, con base en mecanismos financieros que
permitan evitar que las empresas carguen con todo el paquete.
La Ley actual no limita la acumulación salarial en caso
de despido injustificado. Este es un incentivo a la prolongación
intencional de los juicios laborales, lo cual obstaculiza las
nuevas contrataciones. El tiempo promedio de solución de
un caso de despido injustificado en la jurisdicción federal
es de 38 meses. Esto es una desventaja comparativa.

La propuesta de reforma busca limitar la acumulación de
salarios atribuibles a 6 meses en caso de despido injustificado.
Esto sería un avance importantísimo; un detonador
natural de empleo.
A México le urge fortalecer el vínculo entre promoción
profesional y productividad. Relacionar las promociones con las
habilidades más que con la antigüedad. Promover con
eficacia el empleo entre los jóvenes mediante medidas innovadoras.
Facilitar el regreso de los mexicanos de más de 40 años
al mercado de trabajo mediante medidas innovadoras como la contratación
a prueba por uno o tres meses (como hacen en otros países
de la OCDE).
Es sumamente importante revisar los esquemas de protección
laboral para promover la formalización. Fortalecer la participación
de grupos sub-representados en la fuerza laboral. Modernizar sus
instituciones y procesos sindicales. Proteger mejor a las trabajadoras
y trabajadores domésticos para evitar que sean explotados.
Y, por supuesto, mejorar los instrumentos de aplicación
de la ley laboral.
Nuestros expertos han realizado una evaluación preliminar
de esta propuesta de reforma para poder compartir sus opiniones
con ustedes. Como escucharán, hay cambios que nos parecen
muy bienvenidos, en línea con lo que la OCDE ha venido
proponiendo a México en esta materia desde hace algunos
años; pero también hay puntos en los que pensamos
que se debería ir más lejos.
Los invito a que escuchen sus perspectivas. Pero también
es muy importante que nosotros escuchemos las suyas.
La crisis está abriendo una oportunidad única para
relanzar los cambios de fondo que México necesita. En el
mundo hay un ambiente de replanteamiento, de reconstrucción,
de preparación para una nueva era.
Desperdiciar esta oportunidad nos saldría carísimo.
La velocidad a la que está avanzando el mundo, y en especial
las economías emergentes, nos está dejando atrás;
mientras que el bono generacional se está consumiendo.
Por ello hay un sentido de urgencia en el ambiente laboral mexicano.
Seños Secretario, Amigos de la Comisión Tripartita:
Gracias por estar aquí. Los felicitó por este esfuerzo
de pluralidad constructiva. Esto habla de un México en
el que se puede construir con diferentes visiones y experiencias.
Cuenten con todo nuestro apoyo. La OCDE es una extensión
de sus capacidades.
Les propongo que mis colegas hablen primero, que les presenten
sus reflexiones y recomendaciones, para después pasar a
escuchar sus preguntas, pero también sus opiniones, y generar
así un intercambio dinámico que nos permita enriquecer
nuestras perspectivas y favorecer la creación de los consensos
necesarios para impulsar esta Reforma.