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Proteger a la niñez mexicana, presente y futuro de nuestro
país.
Este
año, el Día Mundial contra el Trabajo
Infantil tendrá como tema central la educación,
derecho que debe ser de carácter universal al menos hasta
la edad mínima de admisión al empleo, de calidad
y con recursos adecuados, pero principalmente como un instrumento
para evitar el trabajo infantil.
De acuerdo a la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil es aquel
que priva a los niños de su infancia y dignidad, les impide
que accedan a la educación para adquirir calificaciones,
y es desarrollado en condiciones deplorables y perjudiciales para
la salud y el sano desarrollo del niño. La edad mínima
para ingresar al trabajo que establecen las leyes mexicanas son
los 14 años, con ciertas restricciones para las personas
entre 14 y 17 años de edad. A partir de los 18 años,
las personas pueden desempeñar cualquier tipo de trabajo.
La
Secretaría del Trabajo y Previsión Social instrumentó
la Política para la Protección del Trabajo Infantil,
asumiendo como eje prioritario “continuar desarrollando
las capacidades de los mexicanos, en especial de las niñas
y los niños, para garantizarles acceso a la educación,
a la salud y a una vivienda digna” para que la niñez
mexicana pueda Vivir Mejor.
Para
cumplir con dicho eje, la STPS en colaboración con el INEGI,
instrumentó el Módulo de medición del
trabajo infantil en la Encuesta Nacional de Ocupación
y Empleo (ENOE) para obtener estadísticas sobre la
incidencia del trabajo infantil en México.
El levantamiento, que
se llevó a cabo durante el último trimestre de 2007
en un total de 59 mil hogares, con una cobertura temática
en materia de educación, trabajo económico y quehaceres
domésticos, indican 2 de cada 100 niñas y niños
de entre 5 a 9 años realizaron una actividad económica;
10 de cada 100 en los de 10 a 13 años; y 28 de cada 100
en los de 14 a 17 años.
Asimismo, dichos datos
muestran que existe una correlación entre la actividad
económica y los estudios y que la principal causa de la
interrupción en los estudios de las niñas, niños
y adolescentes, más que la ocupación, es la falta
de interés o aptitud para los estudios (51.7 %).
La información
estadística señala que un aspecto relevante en la
continuidad en los estudios de las niñas y niños
son los apoyos que reciben de las instancias gubernamentales.
Más de siete millones de niñas, niños y adolescentes
que recibieron becas o apoyos de otros programas asistían
a la escuela en el último trimestre de 2007.
La razón principal
que se menciona para que las niñas, niños y adolescentes
trabajen son: 1) cubrir sus gastos escolares, 2) apoyar la actividad
o negocio familiar, 3) para aprender un oficio y, en menor medida,
se señala 4) la necesidad de la aportación económica
al hogar.
De acuerdo con el Módulo
de trabajo infantil 2007, el 66% de la población de niñas
y niños entre los 5 y 17 años de edad destinaron
tiempo a los quehaceres domésticos, siendo notoria la superioridad
en la participación de las mujeres en esta actividad.
Los resultados de la
encuesta, que se levantará bianualmente, permitirán
detonar políticas públicas encaminadas a erradicar
el trabajo infantil y lograr la permanencia de las niñas,
niños y adolescentes en las escuelas hasta que hayan cumplido
con su educación básica como lo establece la ley.
La STPS reconoce la
necesidad de llevar cabo, entre otras, las siguientes acciones:
• Impulsar reformas
a la Ley Federal del Trabajo para elevar las sanciones a quienes
vulneren las condiciones de trabajo infantil, aplicar sanciones
más severas a los empleadores que contraten a menores de
14 años y tipificar como delito el trabajo infantil de
menores de 14 años.
• Promover una cultura de la legalidad, en donde se respeten
y apliquen las leyes, normas y reglamentos en materia de trabajo
infantil, y se fortalezca la inspección federal en concurrencia
con la inspección local.
• Generar proyectos comunicativos que promuevan el ejercicio
pleno de los derechos de la niñez y su desarrollo integral.
La STPS desarrolla
estrategias para contribuir a mejorar las condiciones de los jornaleros
agrícolas migrantes y desalentar la incorporación
de los niños al trabajo, mediante la vinculación
laboral de los jornaleros con las empresas agrícolas que
cumplen las garantías de seguridad establecidas en la ley,
así como las prestaciones de alojamiento, alimentación
y guarderías que permitan el acceso a un trabajo decente.
Asimismo, diseña un Modelo de certificación
de empresas agrícolas libres de trabajo infantil,
sustentado en prácticas para la erradicación del
trabajo infantil, la inclusión familiar de los trabajadores
en los centros de trabajo, y un trato digno y respetuoso de sus
derechos laborales.
Las acciones de prevención
y sanción del trabajo infantil exigen mecanismos de concertación
y coordinación de los tres órdenes de gobierno,
de los sindicatos, de las empresas y de las organizaciones de
la sociedad civil.
Es responsabilidad
de los todos los mexicanos, en particular del Estado mexicano,
preservar los derechos de la niñez mexicana, ya que son
el presente y futuro de nuestro país.