Desde el primer día de la presente administración
y por instrucciones precisas del Presidente Felipe Calderón,
la política laboral que conduce la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social se ha basado en la promoción
de inversiones a partir de una economía cada vez más
competitiva, que genere más empleos de calidad en la economía
formal y que permita construir relaciones laborales basadas en la
productividad y en una más equitativa distribución
del producto del trabajo.
Asimismo, se ha privilegiado la conciliación de intereses
entre los factores de la producción en las revisiones contractuales,
salariales y en la atención de los conflictos colectivos,
a fin de mantener la paz laboral.
De igual manera y no obstante la necesidad de modernizar la legislación
laboral para facilitar el acceso de más jóvenes, mujeres
y adultos mayores al mercado de trabajo en México, se ha
puesto un especial énfasis en los procesos de procuración
e impartición de justicia laboral, y en la aplicación
estricta de la ley para la atención de los diversos temas
propios de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
En este contexto, destaca el pleno respeto que, en todo momento,
se ha expresado y practicado hacia los derechos fundamentales y
colectivos de los trabajadores, plasmados en el artículo
123 Constitucional, a saber: la contratación colectiva del
trabajo, la libertad y autonomía sindical, y el derecho de
huelga.
Un aspecto que ha merecido la atención prioritaria de diversas
dependencias del Ejecutivo Federal, encabezadas por la Secretaría
del Trabajo y Previsión Social, es el relativo al tema de
los jornaleros agrícolas migrantes, grupo vulnerable que,
hasta ahora, no ha contado con las condiciones básicas de
seguridad y previsión social, ni de seguridad e higiene necesarias.
Las facultades de diversos ámbitos de gobierno son concurrentes
y difusas, lo cual ha impedido el desarrollo y bienestar integral
de estos trabajadores y de sus familias.
Asimismo, se ha avanzado como nunca antes en cuanto a transparencia
se refiere, en el manejo de la información pública
que obra en poder de las autoridades laborales, a fin de que, sin
perjuicio del citado respeto a la autonomía sindical, se
privilegie la libertad de los trabajadores de asociarse y decidir,
de una manera libre, informada y consciente, sobre la mejor manera
de defender sus legítimos derechos e intereses.
De igual forma, se ha puesto un especial énfasis en los programas
y procesos de capacitación en y para el trabajo, por considerarlo
parte esencial de una renovada cultura laboral que premie la preparación
y la productividad en un contexto cada vez más competitivo.
Destaca, de otra parte, el especial énfasis que se ha puesto
para facilitar el acceso a los trabajadores y sus familias a la
Sociedad de la Información y del Conocimiento, mediante esquemas
que permitan la búsqueda y oferta de empleo, de información
estadística sobre el trabajo, y la vinculación necesaria
entre la educación superior, la preparación técnica
y el aparato productivo. En este contexto, se concretaron programas
de financiamiento a precios preferenciales para adquirir paquetes
que incluyen una computadora personal, Internet en banda ancha y
canales de televisión de paga a quienes participan del crédito
Fonacot.
A partir del diálogo permanente con los distintos sectores
productivos y con base en agendas comunes, es posible avanzar en
la construcción de un sector laboral fortalecido y competitivo,
que premie la productividad sin perjuicio de los derechos individuales
y colectivos de los trabajadores. Se trata de avanzar en la creación
de condiciones óptimas para atraer más inversiones
en el largo plazo que generen las fuentes de empleo que año
con año necesita el país en la economía formal
y con plenitud en el acceso a la seguridad y a la previsión
sociales.
Es así que, al 31 de julio de 2007, se han creado cerca de
540 mil empleos formales, cifra superior a la registrada en el mismo
periodo del inicio de las últimas cuatro administraciones,
mientras que el número de asegurados permanentes y eventuales
urbanos en el Instituto Mexicano del Seguro Social se situó
en 14 505 483, con lo cual alcanzó su máximo histórico.
La tasa de desocupación en junio de 2007 fue de 3.26 por
ciento, menor en siete centésimas de punto porcentual que
la observada en el mismo mes del año anterior, es decir,
3.33 por ciento. Cabe señalar que esta tasa se sitúa
por debajo de las tasas de desocupación observadas por diversos
países que son socios comerciales de México e, incluso,
del promedio de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico.
No obstante lo anterior y a pesar de estos indicadores sobre creación
de empleo y desocupación, prevalecen retos estructurales
que ameritan todo el esfuerzo, dedicación y coordinación
de la Administración Pública Federal, de los gobiernos
locales y municipales y de los sectores productivos. En efecto,
se aprecia un creciente número de empleos temporales, un
número aun muy importante de trabajadores en la economía
informal, una tasa de desempleo mayor en jóvenes y mujeres,
así como desequilibrios regionales en cuanto a crecimiento
económico, generación de empleos y desocupación.
En tal virtud y como parte de ese esfuerzo integral se ha dado un
decidido impulso al Servicio Nacional de Empleo lo cual ha permitido
que, desde los distintos programas que lo componen, de enero a julio
de 2007, se hayan logrado colocar a 363 448 personas en un empleo
formal.
Adicionalmente, se está desarrollando, por instrucciones
del Presidente de la República, un Portal del Empleo, herramienta
indispensable en la vida laboral del México contemporáneo,
el cual constituirá una ventanilla única, virtual
y permanente de encuentro entre la oferta y la demanda de empleo
y en el que se concentrarán en un solo portal de Internet,
las oportunidades de trabajo que se presenten en el país,
en todos los sectores y ramas de la economía, tanto del sector
privado como de los tres órdenes de gobierno.
Los objetivos, estrategias, líneas de acción y resultados
observados hasta la fecha en el sector laboral deben entenderse
como parte integral del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 que
formuló el Presidente Felipe Calderón. Su directriz
da rumbo y certidumbre. Y a la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social corresponde coordinar los esfuerzos de todos quienes, de
una u otra forma, tienen una responsabilidad para con el desarrollo
armónico del trabajo digno, con la paz laboral y la justicia
social.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social mantendrá
pues, con toda firmeza y transparencia, su labor cotidiana y su
visión de largo aliento, guiado siempre en ese documento
rector y con base en los tres ejes ya señalados: promoción,
conciliación y legalidad.
México, D.F., septiembre de 2007
El Secretario del Trabajo y Previsión Social
Javier Lozano Alarcón
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