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ACUERDO NACIONAL PARA LA PRODUCTIVIDAD LABORAL

   DISCURSO DEL SECRETARIO DEL TRABAJO Y PREVISIÓN SOCIAL,
   JAVIER LOZANO ALARCÓN

 


Residencia Oficial de Los Pinos, 22 de Mayo de 2009.

Señor Presidente de la República, Maestro Felipe Calderón Hinojosa; señores representantes del movimiento obrero, encabezados por don Joaquín Gamboa Pascoe, Presidente del Congreso del Trabajo y Secretario General de la CTM.

Señores representantes de los empleadores del país, encabezados por el Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, don Armando Paredes Arroyo; Senador Carlos Aceves del Olmo, Diputado Tomás del Toro, presidentes, respectivamente, de las Comisiones del Trabajo y Previsión Social de ambas Cámaras Legislativas en el Congreso de la Unión.

Integrantes del presídium, señoras y señores:

Muy buenas tardes a todos.

Desde el inicio de esta Administración recibí la instrucción del Presidente de la República de renovar y procurar el diálogo social, como una herramienta para la transformación del sector laboral del país.

Un diálogo social abierto, respetuoso y equilibrado, pero también eficiente; es decir, un ejercicio de interlocución seria y con resultados concretos.

La reunión de hoy, precisamente, es fruto de ese diálogo social. Los sectores productivos han honrado la palabra empeñada el pasado 7 de enero al suscribir el Acuerdo Nacional en favor de la Economía Familiar y el Empleo, y es, en efecto, el que este día se formaliza el Acuerdo Nacional para la Productividad Laboral, cuyo objetivo es que el movimiento obrero organizado, el sector empresarial y el Gobierno Federal promovamos la adopción de políticas y herramientas para incrementar la productividad en los centros de trabajo, y así distribuir equitativamente sus beneficios.

Nos hemos trazado fines ambiciosos. El Acuerdo coloca a la productividad laboral como una prioridad compartida, toda vez que contribuye para la competitividad de nuestra economía, permite la viabilidad sustentable de la empresa y la generación de riqueza, favorece la preservación de empleos, y también mejora el ingreso de los trabajadores.

Y es que, si bien existen notables experiencias en diferentes ramas e instituciones, que han apostado por el camino de la productividad laboral, no teníamos hasta este momento un instrumento, con un esfuerzo conjunto, homogéneo, integral y de largo alcance, como el que nos reúne en esta ocasión.

Entre los esfuerzos concretos y aislados, realizados hasta la fecha, destaco y reconozco algunos. Y agradezco, por cierto, la presencia de quienes lo hicieron posible, es el caso del INFONAVIT, del Instituto Mexicano del Seguro Social, de la Comisión Federal de Electricidad, del sector azucarero, del sector textil, de Teléfonos de México, de la industria química y petroquímica, entre otros.

Todos ellos han dado un paso adelante en sus respectivos contratos colectivos de trabajo, en sus contratos ley, en acuerdos paralelos en pro de la productividad y la viabilidad financiera en sus centros de trabajo.

Pero hoy, amigas y amigos, hoy vamos más allá. Con la firma del Acuerdo Nacional para la Productividad Laboral inauguramos una nueva etapa de concertación integral para toda rama y sector de la economía, con
instrumentos efectivos y también medibles.

Por qué lo digo.

Porque este Acuerdo, primero, introduce una definición de la productividad laboral formulada por consenso, así como un decálogo con los principios a seguir y en los que se sustenta el Acuerdo Nacional.

Segundo. Cuenta con una red nacional tripartita, que es una réplica en cada estado de la República Mexicana de este ejercicio de diálogo social, que tenemos a nivel Federal.

Tercero. Nos llevó a la transformación dentro de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de la hoy Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral y a la creación de una nueva Dirección General de Productividad Laboral con clara vocación en la materia, y siempre, y que conste, siempre mediante movimientos compensados y sin necesidad de recursos presupuestales adicionales.

Cuarto. Gracias a la participación del INEGI, se ofrecerá información estadística en materia de productividad, que estará disponible a cualquier interesado por Internet, en forma gratuita y con una actualización inusual de más de 240 mil registros.

Quinto. Se pone en operación un número telefónico al que se podrá llamar desde cualquier punto de la República Mexicana sin costo alguno, para facilitar la navegación al nuevo Portal de la Productividad; mismo que cuenta con metodologías, experiencias internacionales y, de manera muy destacada y muy útil, cuenta con el acceso a una calculadora que permite elaborar a cada quien su propio diagnóstico y así saber cómo anda en
cuanto a productividad se refiere.

Para qué.

Para compararse con otros, consigo mismo, con su propia rama o sector de la economía y también con lo que pasa con el resto del mundo.

Y sexto. Finalmente, pone en marcha o se pone en marcha el Programa de Apoyo para la Productividad, el cual, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, destina recursos a las empresas, para que a través de una consultoría especializada incrementen su productividad, pero sin recortar las fuentes de trabajo.

Expreso mi sincero reconocimiento a los firmantes por su convicción para consolidar este pacto e invito también a todas las empresas y sindicatos del país a adherirse a los términos de este Acuerdo Nacional, y aprecio mucho también la participación que otros organismos, aquí representados, tuvieron para formalizar este Acuerdo, así como de quienes forman parte del grupo permanente de trabajo de este Acuerdo Nacional.

Señor Presidente; señoras y señores:

Hoy vemos que el diálogo social no sólo hace posible el equilibrio entre los factores de la producción y el invaluable valor de la paz laboral; sino que nos ofrece novedosas herramientas para el bienestar colectivo. Cierto es que pasamos por momentos económicos difíciles, pero que son, también, como usted lo ha mencionado, señor Presidente, temporales y superables.

Soy consciente de que México necesita de más y mejores empleos y en eso estamos empeñados.

Pero la única manera segura y eficiente de que la economía crezca, de generar riqueza y mejorar el ingreso de los trabajadores en forma sostenida es mediante la productividad, no sólo para después de la crisis, sino, incluso, para salir fortalecidos de la misma.

Al final del camino este cúmulo de esfuerzos, tendientes a construir una auténtica cultura laboral en México tiene un solo objetivo: que todos podamos vivir mejor.

Por su atención, muchas gracias.

-MODERADOR: A continuación se proyectará el video testimonial de la Firma del Acuerdo Nacional para la Productividad Laboral.

(PROYECCIÓN DE VIDEO)

-MODERADOR: Toca el turno en la palabra al ciudadano licenciado Joaquín Gamboa Pascoe, Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México y Presidente del Congreso del Trabajo.

-LIC. JOAQUÍN GAMBOA PASCOE: Señor Presidente de la República.

Lo saludamos y le agradecemos muy particularmente que concurra usted a este acto, en el que se firmará el Acuerdo de Productividad Nacional, y que actuará usted como testigo, lo cual es una consideración y distinción que mucho le agradecemos.

En este acto, celebrar la Firma del Acuerdo de Productividad tiene un significado muy especial porque no se trata de un Acuerdo que se haya tomado a la ligera o en virtud de la ocasión.

Éste es un trabajo que se ha desarrollado durante largos meses en mesas de trabajo en la Secretaría del Trabajo, para abordar todas las características que implican a la productividad; porque la productividad no es simplemente el hecho, como supone alguien, de que se haga más del objeto que se produce y eso te da entrada y termina la productividad.

La productividad es una cosa mucho más compleja. En primer lugar tenemos que tomar en cuenta las formas y medidas de capacitación. Indudablemente que el trabajador para dar el rendimiento y ascender en sus resultados, necesita de la capacitación adecuada, que debe de estar normada y regulada, para que la pueda hacer en condiciones que no resulten una carga para él, o un trato que no pueda cumplir.

Y baste poner un par de ejemplos: la Ley Federal del Trabajo señala que la capacitación es una responsabilidad de la empresa y que debe de proporcionarse al pie de la fábrica; lo que quiere decir, que dentro del mismo centro de trabajo, dentro de lo que él está trabajando, ahí reciba esa productividad.

Disposición que no se cumple y que, consecuentemente, es necesario profundizar para encontrar realidades para su aplicación.

Desde luego, necesitamos tomar en cuenta el ir eliminando, hasta que desaparezca el problema de adicciones, que sigue siendo delicado y cada vez más complicado, porque desafortunadamente la corriente que en ese
sentido se siente en todas las clases sociales, no deja de presentarse en la trabajadora, donde se encuentra que alrededor del centro de trabajo no falta el lugarcito donde puede ir a comprar, no la cocaína, que es para gente de mayor posición económica, sino el éxtasis y una serie de venenos que le hacen a él un inepto para llegar a esas funciones de la productividad.

Por otro lado, los señores empresarios necesitan adecuar cabalmente el centro de trabajo para que esté en condiciones de que pueda obtenerse de él los resultados a que se aspira.

Hay lugares en que tenemos maquinaria de hace más de 50 años y que se supone que el trabajador la puede hacer correr como si fuera un coche de hace 50 años a 300 kilómetros por hora. Y esos son milagros que no se
podrán realizar.

Entonces, como ustedes ven, tiene una serie de aspectos de profundidad que necesitan ser abordados.

Necesita considerarse a fondo que la empresa esté propicia, con técnicas de punta, con la maquinaria adecuada, porque la productividad no solamente consiste en producir más de lo que se hace, sino que éste tenga calidad, que éste pueda participar dentro de la globalidad económica del mundo, para que él pueda disputar en el también mercado, y sea accesible para el interior a las clases moderadas que esté a su alcance.

De tal manera, que todo ese trabajo que se ha realizado por varios meses y, desde luego, por el señor Secretario del Trabajo y empleo, que aquí se encuentra, que le puso gran interés a la tarea.

Y el señor Secretario del Trabajo es algo que merece para nosotros todo el respeto y consideración, y vamos y protestamos participar en la forma más seria y con el mejor ahínco para que la productividad sea una realidad en México.

Ningún país que pretenda desarrollarse lo logra sin lograr que la productividad tenga éxito en él. Probablemente en esta época en que tenemos tantos problemas, en que no hay inversión, sino al contrario, hay contracción, en que hay desempleo, que mucho agravia a tantos trabajadores, y que hay una serie de problemas de carácter económico para las propias empresas; la productividad, se pregunte uno: por qué es ahora que la tratamos.

La tratamos ahora porque debe de ser una parte permanente y de siempre en todo el mundo que quiera progresar y crear, porque si nosotros hemos de revisar nuestros sistemas e ir saliendo del marasmo en que nos vemos
incluidos, es indispensable, desde ahora, que lo que hagamos lo hagamos bien; que lo hagamos con vista a que no estamos en una isla, sino en una competencia mundial en que debemos de tratar con la calidad de lo que vendemos en el exterior, tener éxito, y con la calidad de lo que ofrecemos en el interior se satisfaga a los propios mexicanos.

De tal manera que no es prematuro, yo diría que nos hemos tardado mucho en darle los alcances y las características que requiere, y de esa forma es que vemos nosotros no sólo una oportunidad, sino un deber.

Que felicitamos a la Secretaría del Trabajo, a usted señor Subsecretario, a todos los que participaron en esa tarea, con el compromiso por cuanto hace al Congreso del Trabajo, que represento como Presidente, y a la CTM, en mi carácter de Secretario General.

Es muy poco el tiempo que tenemos concedido, no voy a abusar de él, pero sí hago petición de la necesidad de hacerles a ustedes dos breves comentarios.

El primero de ellos se refiere a los trabajadores que represento. Nos sentimos iniciadores de una nueva relación laboral sindical. Nosotros en lugar de considerar que las querellas históricas que se alegan de la relación ésta y que ya han pasado a ser eso, un valor, pero de carácter histórico, ahora se transformen en realidades que den oportunidad al cumplimiento y el éxito en los fines de crecimiento y de progreso del país.

Por eso, fomentamos nosotros con los señores empresarios, que no me dejarán mentir, que toda la ayuda que podemos proporcionarle y en estos casos de problema, deberán aceptar que han recibido de los sindicatos, a los que me estoy refiriendo, las mayores facilidades para encontrar salida a sus problemas.

Inclusive, independientemente de esa situación, nosotros también creemos que en el lugar de esas querellas, debe haber el diálogo, que debe de evitarse el cierre de las empresas, porque empresa que cierra no vuelve
a abrir.

Queremos reforzar las mecánicas que permitan que el trabajador vuelva a su empleo, y que haya un sacrificio y que también se le dé solvencia económica, porque una de las causas por las que encontramos el PIB ha caído en esta forma, es porque las grandes masas no tienen poder adquisitivo, entre otros de los problemas que hay.

Los que tienen que hacer inversión no pueden cabalmente y las clases menores no tienen la posibilidad ni la fuerza económica para crear un sostén de mercado, que haga que no suframos problemas.

De tal manera que todos debemos de estar conscientes, de fomentar estos principios, porque sin ellos estamos propiciando el fenómeno negativo de carácter fiscal y económico al que me estoy refiriendo.

Y, por último, el trabajo que hay, la crisis económica no creada, venida del exterior, pero crisis al final que nos ha lastimado.

El problema de emergencia de la salud que estamos combatiendo; todo eso significa una serie de problemas económicos de inversión, de superación en el trato, de convencimiento a otros países, de darles a entender que no hay el tamaño de que se quiere manejar el problema.

No queremos ver un Quintana Roo en que no amarren barcos ya, de turismo, y se cierren 26 hoteles y no haya ningún trabajo para los trabajadores de este estado.

No queremos ver que todos los restaurantes estén, y está aquí Isaías que tiene gran penetración en ellos, en hoteles, en restaurantes, nos encontramos que unos cierran y otros actúan casi con pérdidas.

Todo eso se necesita, darle una removida al interés, a la solidaridad nacional, a entender que nosotros, si no actuamos dentro de esos caminos, no por obra del Espíritu Santo va a venir a resolver este problema, sino por lo que nosotros hagamos para resolverla; y en eso estamos obligados todos los mexicanos, no sólo el señor Presidente.

Y yo quiero decirle al señor Presidente, directamente, dos, tres aspectos que nosotros consideramos.

Consideramos que cuando él se está enfrentando a estos problemas, lo está haciendo con integridad, con decisión, con diligencia, con hombría, con responsabilidad de Presidente, y que México lo entiende así; quienes quieran verlo de otro modo es porque quisieran ver otras cosas, no ver la verdad de la situación.

De tal manera que usted tiene más trabajo, tendrá más trabajo, está obligado a enfrentarlo; y nosotros, señor, cuando menos el sector obrero, que desde que entró usted a la Presidencia, dimos respeto al orden jurídico y a la institucionalidad, que usted es el más alto representante de ella, para asegurarle nuestra solidaridad, confianza y apoyo.

Desde esta tribuna quiero decirle en estos momentos del problema y de dificultad, que somos nosotros de una palabra: el Congreso del Trabajo, la CTM, siguen íntegras en su respeto a usted, en el apoyo a su tarea, en el reconocimiento a sus esfuerzos, en calificarlo de que son difíciles y tremendamente responsables, y usted lo afrontará y saldremos, entonces, sí, adelante, para bien de México.

Porque al final de cuentas ustedes, señores, y nosotros, tenemos un común destino, y ese se llama México; y no hay otro.

Muchas gracias, señores.

 

 

Última modificación: Sábado, 23 Mayo, 2009 5:07 PM por WebMaster .